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viernes, 9 de septiembre de 2016

₁₀₁ Painters Guild (2015)

Tipo: Sim de gestión
Año: 2015
Estudio: Lucas Molina
Multijugador: No
Puntuación: 3

Painters Guild es un juego decididamente indie y de estética pixelada que se puede englobar dentro de los "sims de gestión", una mezcla de gestión de recursos y simulador social sencillo al estilo de Little Folk of Faery, sólo que más inclinado hacia la gestión y menos a la parte social. ¿Recordáis los juegos aquellos en los que había que preparar platos para los clientes de un restaurante? Pues algo así, pero con cuadros y en la Italia del Renacimiento.

El planteamiento es sencillo (demasiado, quizás). Antes de empezar elegimos una ciudad: Florencia, Roma o Venecia; cada una ofrece un tipo de bonificación a los encargos artísticos que recibiremos. También podemos definir a nuestro personaje, que aunque sea pequeñito y pixelado admite bastante personalización: sombrero, ropa, tono de piel, sexo e incluso si será homosexual o no. Todo lo cual está muy bien, pero es que este primer personaje, que será quien funde el gremio, no va a durar mucho porque la esperanza de vida en aquella época no era gran cosa y el juego lo refleja con bastante realismo (a partir de los 60 date por finiquitado). Además, ser homosexual no ofrece ninguna ventaja y sí incrementa el riesgo de ser acusado de sodomía, con la consiguiente ejecución pública (cosa que también te puede pasar siendo hetero), por lo que pasada la novedad no es una opción que vayamos a elegir a menudo. Y de los siguientes miembros del gremio no decidiremos nada, vendrán como vengan. Ya digo que la cosa no está muy pensada.

Primeros pasos del gremio, con dos pintores.

Pero vamos al juego en sí. Básicamente nuestros recursos son los pintores: uno al principio y más cuando vayamos ampliando el edificio del gremio y contratando aprendices (el juego permite también hacerse con los servicios de famosos artistas de la época, pero en mi experiencia el sueldo que piden es inalcanzable). La gente va presentándose por la izquierda para encargarnos cuadros de diferente estilo y tamaño, cada uno con una calidad esperada y un margen para su finalización, y si aceptamos tenemos que colocar el lienzo en algún sitio libre (curiosidad: también podéis situar el cuadro fuera del edificio, en mitad del campo; ¿bug?) y poner a uno o dos pintores con él, para que lo acaben lo antes posible y ganar dinero y prestigio para nuestro gremio. Y si rechazamos el encargo o no lo acabamos a tiempo, adiós al dinero y al prestigio, claro.

Practicando con modelo y mezclando pintura.

Los parámetros que debemos manejar son: el dinero disponible (lógico), el prestigio de nuestro gremio, la preparación de pintura para los cuadros, la experiencia de cada pintor y su nivel de cansancio. De todos ellos, el único que merece cierto análisis es la experiencia. Los artistas van ganando "niveles" pintando, trabajando al lado de un pintor con más experiencia que ellos, y también practicando, siendo este el método más rápido. Cuanto más nivel tenga más calidad poseerán sus cuadros (y quizá también pinte más rápido, no lo tengo muy claro), y ganaremos más dinero. Por tanto, nuestro objetivo debería ser obtener experiencia lo más rápidamente posible mientras al pintor aún le quede una respetable esperanza de vida y sacarle el mayor partido económico. Ahora bien, hay dos barreras en su progreso: cuando alcance el nivel 30 deberá partir en un viaje de "maduración" de dos años, pagado a costa del gremio (el tiempo pasa muy rápido en el juego, así que esos dos años no son excesivos), y luego al llegar a nivel 50 deberá crear una obra maestra (cualquier distracción una vez haya empezado a pintar supondrá un fracaso, y sólo lo puede intentar una vez en su vida).

Menú de mejoras para el gremio.

Como ya he mencionado al principio, al pintor le pueden pasar "cosas" a lo largo de su vida, generalmente malas y a menudo relacionadas con un rasgo de personalidad. Por ejemplo, ir a juicio por pelearse en la taberna o por cosas peores, o también caer enfermo (ojo, la enfermedad puede contagiarse a otros artistas del gremio). Esto hace que una carrera prometedora pueda truncarse antes de tiempo.

La personalización del gremio consiste, por un lado, en la ampliación del mismo (no resulta necesario por el espacio en sí, que hay de sobra, sino porque con cada ampliación obtenemos un nuevo "slot" de pintor para contratar un aprendiz), y por otro en la adquisición de elementos que permitan mejorar algunos de los parámetros que he mencionado antes: camas y sofás para que los artistas descansen más rápido, modelos y cadáveres para que practiquen su arte, objetos lujosos que nos darán más prestigio, muebles para preparar más pintura, etc.

Ocasionales recuadros históricos
amenizan el paso del tiempo.

Seguro que por lo dicho hasta ahora os parece un juego estupendo y os preguntaréis qué más ofrece. Pues ese es el problema, que no hay nada más. Las dos primeras horas de juego disfrutas mucho descubriendo cómo funcionan las cosas y cómo mejorar el gremio, pero una vez le pillas el tranquillo (y es bastante intuitivo) el juego no ofrece absolutamente nada nuevo. Los años pasan (volando), los pintores llegan, envejecen y mueren, pero no sucede nada especial. A veces se nos ofrece la posibilidad de decorar una iglesia o catedral, trabajo que tiene lugar "fuera de pantalla" y tampoco posee emoción. Al parecer, durante la fase de desarrollo el creador (Lucas Molina, un joven programador brasileño) prometió añadir más aspectos de tipo "sim", como que los artistas mantuvieran relaciones, se casaran y tuvieran hijos, etc., que llegaron a mostrarse incluso en alguna versión alfa, pero al final nada. Por ello existe cierta animadversión entre la comunidad de aficionados, que suele calificar el juego de "incompleto" e incluso recomendar que no se adquiera. Yo no llegaría a tanto, el juego funciona y es entretenido, pero ciertamente le falta contenido como para poder considerarlo verdaderamente bueno.

Similitudes razonables con...


Little Folk of Faery

Happy Hereafter

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