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martes, 26 de diciembre de 2017

₁₄₇ Kingdom (2015)

Tipo: Aventura / Estrategia
Año: 2015
Estudio: Noio / Licorice
En español:
Multijugador: No
Puntuación: 4

Kingdom (llamado actualmente Kingdom: Classic desde que salió la segunda parte) es uno de esos juegos que resultan complicados de explicar pero muy sencillos de comprender en cuanto te pones delante de la pantalla. La idea de fondo está clara: eres el rey o reina de un pequeño asentamiento que cada noche es asaltado por misteriosas criaturas, y has de fortificarlo y contratar soldados y trabajadores para que resista los ataques.

La gracia de Kingdom es que tu "reino" sólo tiene una dimensión: se extiende horizontalmente y nada más. Parece absurdo pero enseguida le pillas el truco. Lo importante de esta cualidad es que sólo hay dos frentes que proteger, el de la izquierda y el de la derecha. Puedes poner allí muros o torres, o avanzarlos erigiendo una muralla más adelantada de forma que tus soldados se desplacen hasta allí.

La reina atraviesa la noche.

Como rey/reina (el sexo y el estandarte se eligen aleatoriamente al comienzo de cada partida) vas a caballo de un lado a otro, usando tu oro para reclutar gente e indicarles las construcciones y mejoras que deben realizar. El juego es tan simple e intuitivo que sólo hay tres teclas: izquierda, derecha y soltar monedas, porque es lo único que hace tu personaje, que no lucha ni hace nada por sí solo (recuerda en eso a otros juegos donde actúas "by proxy" como Majesty). Los gráficos pertenecen a ese estilo pixelado de moda en los últimos años, como vimos en Painters Guild o The Last Door, y están muy logrados, lo mismo que las animaciones y los fondos, especialmente los del cielo. Visualmente es un placer observarlo, aunque la música ambiental sea simplemente aceptable.

Tras esta empalizada resistiremos (con suerte).

El juego sigue un ciclo de día/noche. Al caer el sol nuestros hombres regresarán tras la seguridad de los muros y allí aguardarán la embestida de esas extrañas criaturas, que surgen de unos portales arcanos repartidos por el mapa. En principio como monarca podemos arriesgarnos y seguir viajando de noche, pero si nos pillan nos arrebatarán el oro y en último término la corona, y llegados a ese punto se acabó la partida. Además, cada cinco jornadas aproximadamente se produce una "luna de sangre" en la que el ataque de esas criaturas será todavía más virulento. No diré que la tensión de verse de noche lejos de nuestro territorio alcanza la de Don't Starve, entre otras cosas porque Kingdom no es tan peligroso ni macabro, pero algo de nervios sí que hay. También aquí jugamos con permadeath (no hay posibilidad de cargar un momento previo de la partida), así que ojito con los errores.

¡Destruid el portal, mis fieles!

Es difícil encajar Kingdom en un género concreto, pero mi opinión se decanta por la estrategia, aunque en un principio no lo parezca. El objetivo final es destruir los cuatro portales por los que salen los bichos, porque cada noche sus oleadas son más numerosas y llegará un momento en que no haya modo de resistir. Por otro lado, cuando destruimos un portal se produce un ataque especial masivo que bien puede superar nuestras defensas, y eso siempre es mala cosa. Aunque las tropas retroceden hasta una muralla interior (si la hemos preparado), perderemos muchos hombres y seguramente granjas, comprometiendo severamente nuestros ingresos y en consecuencia la posibilidad de recuperarnos para resistir la siguiente noche. Por lo tanto hay que acumular efectivos (principalmente arqueros, muchos arqueros) a un ritmo sostenido y no atacar ni demasiado pronto ni demasiado tarde. De todos modos tranquilos porque hay bastante margen, y si conocéis los fundamentos del juego es relativamente fácil alcanzar la victoria.

¡La victoria es nuestra!

La mayor dificultad la vais a encontrar en el carácter tan aleatorio del paisaje. Si los portales están demasiado cerca cuesta progresar y si están demasiado lejos los soldados no llegarán a tiempo antes de toparse con una nueva oleada. Peor aún que eso es no disponer de un riachuelo cerca ni de campamentos donde contratar mercenarios, por lo que por muy bien que juguéis puede que tengáis que descartar unos cuantos reinos antes de dar con uno viable. También existen algunos bugs puñetero: a mí en una partida los arqueros me dejaron de disparar, y para cuando me di cuenta ya estaba todo perdido. Aunque al volver a arrancar el juego ya funcionaban correctamente, no había modo de recuperarse. Una pena, aunque el resto de partidas han ido bien.

Esto es lo que hay, el juego es indie y por tanto original pero limitado. Hay pocos tipos de enemigos, pocas unidades, y los recursos y edificios son muy escasos, así que en ese sentido puede resultar repetitivo. Pero unas cuantas horas de diversión no os las va a quitar nadie, y por 5€ me parece que está muy bien (yo encima lo conseguí gratis, imaginad la rentabilidad que le he sacado). Y si os gusta, los mismos desarrolladores sacaron hace poco Kingdom: New Lands, que viene a ser una versión ampliada de este mismo concepto.

Similitudes razonables con...


Kindom: New Lands

Don't Starve

Painters Guild

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