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domingo, 2 de octubre de 2016

₁₀₃ Speed Kills (2014)

Tipo: Minicoches con armamento
Año: 2014
Estudio: Holy Warp y Black Wing Foundation
Multijugador: No
Puntuación: 3

Sabéis que me apasionan los juegos de minicoches, ya sean con o sin armas, y que de vez en cuando me gusta ponerme con uno nuevo. Por eso le he dado una oportunidad a Speed Kills, que de paso tenía un buen descuento en Steam.

Speed Kills es un videojuego que se define a sí mismo como tradicional y de estilo clásico, "inspirado en los juegos de carreras isométricas de 16 bits". De hecho, está claro que toma como referente esa maravilla intemporal que fue Death Rally, aunque por fecha de desarrollo y estilo gráfico recuerda mucho más al remake de 2012. En esta ocasión, esa ambientación de carretas postapocalítpticas que tanto debe a Mad Max se traslada al espacio, a diversos planetas del siglo XXXI, donde por algún motivo se celebran competiciones letales con vehículos tradicionales y también con aerodeslizadores.

A la hora del análisis, normalmente los juegos de carreras pueden separarse en dos aspectos: la competición en sí y todo lo que haya entre una carrera y la siguiente: mejoras del coche, compras y sobornos, planificación de nuestros próximos movimientos, etc. El principal, como coincidiremos todos, es el de la carrera, pero el otro añade emoción y un sentido de coherencia a la competición.

Salto durante una carrera.

Para las carreras, Speed Kills usa el popular motor Unreal Engine, lo que debería asegurar cierta calidad, pero en ese sentido el juego simplemente cumple, sin llegar a ser espectacular. En parte obedece a que un juego de coches pequeños en vista isométrica nunca va a ser visualmente despampanante, pero también es culpa de los circuitos en sí: son agradables pero demasiado simples, sólo consisten en rectas unidas por giros angulares de 45 y 90º, y algunos saltos para darle emoción a la cosa. No hay curvas cerradas, zonas de mala adherencia ni nada que se le parezca. Ahí peca de simplista.

Los entornos de cada circuito están bien, imitando diferentes planetas medio abandonados unos y superpoblados otros, pero durante la carrera ni te fijas en esas cosas. Además, hay un problema serio y es que a la que vas un poco rápido (con un nitro activado, por ejemplo), el juego recurre a ponerlo todo borroso, un truco un tanto barato para dar sensación de velocidad que al final hace muy confusa la conducción.

También sorprende la poca información que se nos proporciona durante la carrera. No hay minimapa del circuito, no hay un indicador de velocidad, ni de distancia con otros corredores, y sólo aparece la barra de daños cuando nos impactan. Aparte de la posición y el contador de vuelta, sólo disponemos el inventario del arsenal: arma delantera, arma trasera y nitros. Tampoco hay un control de récord de circuito ni nada parecido. Ya digo, demasiado escaso.

Los deslizadores se conducen prácticamente igual.

El manejo de los vehículos es malillo, sobre todo en los giros. Básicamente, los vehículos giran poco y son los bordes de la pista los que nos mantienen en ruta casi todo el tiempo a base de "rebotes". Además, un juego de este tipo tiene que ser tolerante con la conducción "imprecisa" (no vas a pilotar de maravilla mientras pegas tiros y esquivas minas y misiles), y sin embargo tanto coches como deslizadores muestran una desagradable tendencia a detenerse en seco por un golpe tonto o incluso a darse la vuelta en mitad de la pista. Otro aspecto que no tiene mucho sentido es que, cuando esto ocurre o cuando otro piloto nos destruye, el propio juego nos teleporta al centro de la pista y vuelve a lanzarnos a la carrera como si esto fuera un arcade a la vieja usanza. No, señores, si te estampas pierdes la carrera y no ganas dinero, esa es la gracia de este tipo de juegos.

Aunque en un primer momento puede parecer que ganar es muy complicado, existe una estrategia clara de victoria que consiste en ponerse el primero lo antes posible, gastando para ello todos los nitros si es necesario. Una vez vayamos el primero, iremos cogiendo de forma automática todos los bonus que aparecen en la pista y así, salvo desastre de conducción, no tendremos dificultad alguna para llegar a meta con una gran ventaja.

Mejorando nuestro vehículo.

En la fase "entre carreras" podemos ir a nuestro garaje para mejorar nuestros vehículos o adquirir otros nuevos. Hay ocho vehículos pertenecientes a tres categorías diferentes (monster car, sportscar y antigrav), y cada planeta exige una u otra para sus competiciones. Hasta aquí bien, los modelos son interesantes y bien renderizados. Sin embargo, también en esto se observan decisiones de diseño un tanto arbitrarias. Para empezar, cada vehículo cuenta con un tipo de arma frontal y otra posterior, que no se pueden cambiar. Si te gustan los misiles teledirigidos pero el modelo viene con un cañón de plasma, te aguantas porque es imposible ponerle otra arma. No le veo la lógica. Como tampoco la tiene el hecho de que se pueda mejorar la velocidad del coche, pero nunca su maniobrabilidad, con lo que volvemos al problema del "coche que no gira y va dando tumbos contra las paredes" que ya mencioné antes.

Además, esta fase se podría aprovechar bien para dar algo de argumento y emoción al juego. Si hablamos de carreras con armas, la posibilidad de aceptar sobornos, encargar sabotajes o simplemente de evolucionar la historia de nuestro personaje son cosas que añaden interés a las carreras, les dan sentido. Pues rien de rien. Sorprende que en un campeonato tan letal y supuestamente implacable nadie actúe sucio, o que no tenga ningún efecto nuestra creciente fama (compromisos con patrocinadores, líos con admiradoras/es...). Anda que no se me ocurren posibilidades que serían muy fáciles de añadir a un juego, y a esta gente nada.

Portada alternativa.

Al final de cada carrera aparece una pantalla con una frase supuestamente ingeniosa de nuestros competidores, con ilustraciones de los mismos realizadas por la artista rusa Anna Ignatieva, autora también de las dos portadas que existen para este juego. Los dibujos están muy bien, pero es otro aspecto que no influye lo más mínimo en la partida porque no hay interacción con los demás pilotos. Si al menos existiese la posibilidad de multijugador... pero tampoco.

Tras todo esto pensaréis que mi opinión global sobre Speed Kills es muy negativa, y en realidad no lo es. El juego es entretenido, sencillo de manejar y las carreras son tan breves que apetece echar unas cuantas seguidas. Además, la presencia de aerodeslizadores, si bien no aporta nada revolucionario, es original y simpática. La pena es que se queda todo muy corto, como si no se le hubiese dedicado el esfuerzo necesario en la mesa de diseño. Por desgracia, las malas ventas que tuvo este título disuadieron a sus desarrolladores de seguir mejorándolo, con lo que se va a quedar así.

Si lo pilláis de oferta y sois como yo aficionados al género, os recomiendo que le echéis un vistazo, sabiendo que no vais a encontrar nada que os marque la vida.

Similitudes razonables con...


Death Rally

Death Rally 2012

Zombie Driver HD

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