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miércoles, 7 de agosto de 2013

₁₄ Death Rally (2012)

Tipo: Carreras con armas
Año: 2012
Estudio: Remedy
Multijugador:
Puntuación: 3

Uno de los primeros juegos que reseñamos en Escarbajuegos fue el clásico Death Rally de 1996. Le toca hoy el turno a su reciente remake, llegado por fin a las pantallas de PC tras unos meses de vida en dispositivos móviles.

La idea de este nuevo Death Rally es similar a la antigua: carreras breves en coches equipados con diverso armamento, de forma que lo principal sea la supervivencia y después la victoria. La vista sigue siendo cenital con leves efectos tridimensionales en el circuito, aunque los gráficos están, lógicamente, mucho más actualizados.

Si he de resumir en una palabra las sensaciones que transmite este juego, esa palabra sería confuso. Para empezar, el estilo de conducción se parece más a "esquivar" que a "pilotar", pues todo el mundo está disparando continuamente y el circuito está lleno de enigmáticas cajas (que contienen ventajas como dinero, turbo, munición o reparación) y de barrilles explosivos, ambas cosas por lo visto muy comunes en cualquier carretera de nuestra geografía.

Mejorando nuestro coche.

Que el nitro no se recargue solo, sino que depende de encontrar los ítems en la pista, puede parecer un detalle trivial, pero altera todo el estilo de juego. Ya no puedes "ahorrar" nitro para la última vuelta, y como no suele ser posible adelantar apurando el interior de las curvas, el resultado es que dependes demasiado del azar. Si encuentras varios turbos está chupado, y si no es imposible alcanzar al líder.

Del mismo modo no se puede ahorrar dinero de una carrera a otra, por lo que tendremos que gastarlo todo en mejorar nuestro coche y su armamento, y el resto servirá para mejorar nuestro "nivel de fama". Esto tira por la borda otro factor estratégico del original como era reservar dinero para poder adquirir un nuevo vehículo en el momento apropiado. Ahora conseguirlo depende también del azar, en forma de "partes" que aparecen en la pista y que debemos ir acumulando. Por cierto, un detalle curioso (por decir algo): si te pasas unos días sin jugar, tu nivel de fama decrecerá, aunque teóricamente no ha transcurrido tiempo de juego. Eso, en un videojuego light como este, era totalmente innecesario. Suerte que el nivel de fama tampoco acaba de servir para gran cosa, que yo vea.

La historia de trasfondo.

El juego tiene una historia de fondo, pero casi que da igual porque no cabe elección alguna. Baste decir que al final tendremos que enfrentarnos de nuevo al enigmático "Adversario", al que por cierto vencer en condiciones normales es imposible y nos tendremos que contentar con destruirlo, si hay suerte.

Quizá este siendo demasiado duro con el nuevo Death Rally. Ciertamente es sencillo y divertido, te pones a echar una carrerita y acabas corriendo quince. Los circuitos son escasos (me parece que ocho, incluyendo un combate a muerte en una carretera del desierto que no conduce a ninguna parte) pero razonablemente variados, y los coches también ocho, de diversos estilos de conducción. Si se consigue a buen precio en Steam, es una buena compra. Pero simplemente no hay decisiones que tomar, eliges la carrera que más te apetece de las que te ofrecen y ya. No hay lugar para imaginarse que eres un piloto que intenta llegar a lo más alto de la competición, como en el original, porque ni siquiera hay un ránking de conductores, e incluso el desafío del Adversario parece aleatorio.

Uno de esos raros momentos
de conducción tranquila.

Gráficamente el juego cumple sin alharacas. La cámara puede estar fija o seguir a nuestro coche, que en mi opinión casi da peor resultado, y el vehículo refleja el nivel de daño que sufrimos (nunca habrás conducido tanto rato con el capó levantado). Pero no parece que el coche pierda velocidad (o a lo sumo sólo ligeramente) pese a estar gravemente dañado, como sí pasa por ejemplo con Little Racers Street.

Ha habido diversas críticas a los controles de conducción. Yo los he encontrado normales, quizá por estar acostumbrado al manejo en perspectiva cenital de su precursor, pero sí que cuesta apurar las curvas, a menudo porque no se ve claramente dónde acaba la pista, y en ocasiones incluso aparecen molestos errores de clipping.

Pero lo normal es esto.

De hecho el circuito con más curvas cerradas, el de la refinería, que con las condiciones del Death Rally clásico hubiese sido pan comido por la posibilidad de apurarlas, aquí es precisamente el más complicado con diferencia, porque el ordenador no comete ningún error al tomarlas y yo sí. En particular el choque frontal contra un obstáculo hace prácticamente imposible recuperarse.

Un poco más de trabajo en ese aspecto hubiese sido de agradecer, como en general un esfuerzo por darle ese toque "especial" que poseía el original y del que este carece, como la presencia de público, que sólo se compensa en parte con la posibilidad de enfrentarnos a otros corredores humanos en multiplayer. El resultado global, mediocre.

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