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martes, 12 de febrero de 2013

₁ Death Rally (1996)

Tipo: Carreras
Año: 1996
Estudio: Remedy
Multijugador: Sí pero no
Puntuación: 5

Uno de los juegos con los que quería abrir este humildísimo blog era Death Rally, aunque sólo fuera por los cientos de horas de diversión que me ha proporcionado a lo largo de los años (y que sigue haciendo, y eso que es antiguo el maldito). Por si eso fuera poco, en 2009 el juego fue liberado en una reedición compatible con las versiones modernas de Windows, así que no hay excusa para no disfrutarlo (podéis encontrarlo fácilmente por la red, por ejemplo desde aquí) [Nota: ya no]. Por cierto, una versión completamente nueva salió para plataformas móviles y me parece que hace poco también para PC (Death Rally 2012), pero aquí vamos a hablar del Death Rally de toda la vida.

Vale, manos a la obra. Death Rally es un juego de minivehículos (no realmente, se supone que son coches normales, pero se ven tan pequeños que podríamos considerarlos así), un poco al estilo de MicroMachines o el no menos mítico Ignition. En este caso participamos en una dura competición en la que empezamos sin un duro y en el último puesto de la clasificación, con el objetivo claro de ganar puntos y sobre todo dinero, para mejorar nuestro coche y con el tiempo adquirir un modelo mejor, para participar a su vez en premios más prestigiosos que nos den más puntos y dinero, y así hasta el final. Más simple, imposible.

La decisión más importante que habremos de tomar al crear nuestro piloto es si jugaremos con armas o sin ellas (y aparte el nivel de dificultad, pero no es un juego especialmente complicado). La verdad es que son dos estilos de juego totalmente distintos. Si eliges el armamento, la primera palabra del título adquiere todo su significado: los vehículos irán equipados con diversas armas (ametralladora, pinchos, bombas… y poco más, tampoco hay mucha variedad) y destruir a los oponentes pasa a ser una prioridad mayor aún que adelantarlos. Por no hablar de la posibilidad de sabotajes o de conseguir ciertas "mercancías" para generosos camellos... er, patrocinadores.

Ejemplo de masacre en el desierto.

Como yo soy un tipo raro, suelo jugar sin armamento, lo cual tampoco es aburrido, no os creáis. Con armamento rara vez vas a batir el récord de tiempo de cada circuito, todo el rato zigzagueando para evitar balas o dejando que os adelanten otros coches para tenerlos a ellos en el punto de mira. Sin armamento y al nivel de dificultad máximo, vais a vivir carreras emocionantes hasta la última curva.

Ah, la carrera en sí. Compites siempre contra otros tres coches, y aunque existía el modo multiplayer en el original, se perdió en el porting a plataformas modernas (oooh). El sistema de conducción es de lo más simple, como a mí me gusta: cuatro flechas (acelerar, frenar [que no la vais a usar nunca], izquierda y derecha), y una tecla especial para el boost, que se va gastando. Tienes además un indicador de daños: si llega al 100% tu coche queda ardiendo en la pista. Y aunque no sea así, las reparaciones entre carrera y carrera son bastante onerosas. En la pista encontrarás tokens tanto de reparación como de boost, armas si las usas, dinero y una curiosa seta que provoca que el circuito se desdibuje si la coges, como si estuvieras drogado.

Como la aceleración hasta alcanzar la velocidad máxima es casi inmediata (uno o dos segundos), los choques y accidentes no nos retrasan tanto como para hacer la remontada imposible, un aspecto muy descuidado en otros juegos. La IA no suele hacer trampas: tus competidores luchan contra ti tanto como entre ellos, y aunque es verdad que en la última vuelta suelen tener una reserva de boost sospechosamente amplia si van detrás de ti, se puede disculpar.

Enfrentados al Adversario en la carrera final.

Los circuitos son majos pero seguramente constituyan la mayor limitación del juego, porque sólo hay dieciocho y encima son iguales a pares (con decoración distinta y tal, pero básicamente el mismo trazado). Si este juego hubiese datado de fechas más recientes, seguro que habrían ido publicando circuitos adicionales, pero estamos hablando de la prehistoria como quien dice. En estos circuitos hay unos ligeros efectos de 3D (por llamarlos de alguna forma) en los edificios o los árboles, pero la interacción con el entorno es nula salvo por los pobres espectadores situados junto a la pista, que mueren sangrientamente si les atropellas o disparas en su dirección (es curioso, pero esto de matar gratuitamente a la gente que pasa por ahí me recuerda a aquel juego tan antiguo, Blackthorne). Entre los competidores hay alguna broma, como meter a Duke Nukem (con su propio sonido de victoria y todo), pero básicamente se comportan todos igual.

A diferencia de tantos otros juegos de coches, en Death Rally sí que hay una especie de final claro, con su "boss" y todo. Cuando logremos ponernos en primera posición de la clasificación, se nos ofrecerá la posibilidad de competir en un nuevo circuito, la "Arena", para enfrentarnos al Adversario cara a cara. Este circuito es como una goma estirada entre dos dedos y, aunque al principio asusta, no tiene mucho misterio. La clave está en aprovechar la reserva inicial de boost para adelantar a nuestro oponente como sea, y luego sólo hay que limitarse a mantener la posición, cerrando el interior en las escasas ocasiones en que intente superarnos.

Creo que no me dejo nada importante en el tintero. Es un gran juego, anticuado pero aún divertido para los amantes de los clásicos. Ojalá hubiera un modo de sacar nuevos circuitos...

Versión de Steam.

Actualización 22/06/2018

Actualmente ya no es posible encontrar de forma gratuita la adaptación de Death Rally a sistemas operativos modernos (por lo menos no fácilmente). Los de Remedy, muy listos ellos, lo han subido a Steam como Death Rally (Classic) por 5€ 😞. Eso sí, el modo multiplayer sigue capado porque "es muy difícil replicar el protoclo IPX". Pero bueno, el juego sigue siendo estupendo y es un modo de recompensar económicamente a estos grandes clásicos.

Similitudes razonables con...


Death Rally 2012

Ignition

Speed Kills

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