Año: 2010
Estudio: Playdead
Multijugador: No
Puntuación: 4
Limbo es para mí el epítome de los juegos independientes: original, elegante, bien hecho y exitoso. Con más de tres millones de copias vendidas, ha supuesto un hito para los creadores indies y su peculiar estética ha sido imitada en no pocas ocasiones. Y encima fue desarrollado por programadores hartos de la creciente burocratización de sus empleos previos. Lo más, vaya.
En términos de juego, la cosa es sencilla: se trata de avanzar hacia la derecha en un entorno bidimensional marcado a contraluz. Muy similar en ese sentido a Nightsky, aunque con una filosofía completamente distinta. El estilo de Limbo es muy oscuro, en todos los sentidos de la palabra, y su calificación para mayores de edad no es un capricho.
En Limbo nuestro personaje, un silencioso y enigmático muchachito que por lo visto busca a su hermana en un misterioso reino, va a morir. Va a morir muchas veces, y de modos realmente macabros y horribles, bastante detallados pese a lo parco de entorno gráfico. Se podría decir que morir repetidamente forma parte de la filosofía de juego, y eso que da bastante pena cuando ocurre, en lugar de la rabia que solemos sentir en otros títulos. Ya os lo dije, es indie.
Esa estética tan característica de Limbo. |
Nuestro protagonista es muy débil, cualquier golpe lo matará (no hay puntos de vida ni nada que se le parezca). Ni siquiera sabe nadar y se ahogará en un charco mínimamente profundo. La antítesis del héroe aguerrido. Por suerte el control del personaje es sencillo: sólo son cinco teclas (izquierda, derecha, arriba, abajo y acción) y aunque es un "platformer", deja mucho margen a las maniobras y el éxito no suele depender de acertar en el píxel exacto.
Es un perfecto juego ocasional (casual, que le dicen), debido a la proximidad de los puntos de autosalvado y a la relativa sencillez de los puzles propuestos, que normalmente sólo exigen investigar un poco nuestro entorno (y morir un par de veces en el proceso). El ambiente en que nos encontramos (primero un bosque, luego una zona industrial) es verdaderamente hostil en un sentido que llega a transmitir angustia y desesperanza, sin duda el objetivo de los creadores. No es un juego para vencer, sino para dejarse llevar y disfrutar de la propuesta creativa.
Odio las arañas. En especial las gigantescas. |
Dicho eso, el juego tampoco es perfecto. La segunda parte, en el corazón de una inmensa maquinaria, se va volviendo progresivamente más aburrida, hasta que todo se limita a enfrentarse a puzles abstractos cada vez más complicados, abandonada esa sensación de encontrarnos dentro de un entorno que posee su propio sentido oculto. Aquí es donde más se nota que Limbo usa librerías públicas para emular los movimientos físicos de los objetos, lo que le aporta realismo pero ni de lejos alcanza el nivel de Goo, ni seguramente sería deseable tanto realismo en un platformer. Una pena, en cualquier caso, que esta fase pierda la originalidad del principio.
La duración no es precisamente excesiva. Eso sí, en cualquier momento podremos regresar a los niveles ya superados para volver a investigarlos. No es que oculten grandes secretos, pero al menos en la versión de PC existe un nivel adicional que se alcanza tras terminar el juego y descubrir sus huevos de pascua. Podéis descubrir cómo aquí.
En resumen, una excelente propuesta, no carente de sus puntos flojos. Quizá resulta demasiado cara a su precio habitual, pero con un poco de paciencia se puede encontrar de oferta.
Similitudes razonables con...
OddPlanet |
Don't Starve |
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