Escarbajuegos: ₁₀₇ Laura Bow in: The Dagger of Amon Ra (1992)

Tipo: Aventura gráfica
Año: 1992
Estudio: Sierra
Multijugador: No
Puntuación: 4

De las diversas series de aventuras gráficas de Sierra, la de Laura Bow fue, con sus dos episodios, una de las más breves. La verdad es que la compañía californiana andaba ya un poco perdida esos años, seguía haciendo mucho dinero pero todo lo que sacaba tenía ese aspecto anticuado que tantos llegamos a asociar con el logo de Sierra, aunque hay que reconocer que donde nunca bajó el listón fue en la calidad. Hoy vamos a hablar en concreto del segundo juego de la saga, The Dagger of Amon Ra, que apareció cuatro años después de la primera aventura de Laura (The Colonel's Bequest) y, por suerte, contaba ya con ocho bits de color y un interfaz puramente de ratón. También supuso un cambio casi completo del equipo de desarrollo respecto a la primera parte, con Bruce Balfour al frente sustituyendo a la gran Roberta Williams.

The Dagger of Amon Ra es tanto una aventura gráfica como un juego de investigación e incluso contiene fases de acción contrarreloj (relativamente), lo que explica su sabor especial y también su complejidad: no es un juego casual, sino que exige dedicación y reflexión durante meses. Un robo en el museo Leyendecker (de la daga egipcia que da título al juego), en la metrópoli de Nueva York, nos llevará a descubrir una larga serie de asesinatos que, si no nos andamos con ojo, nos incluirá a nosotros en su lista.

Prepárate, Nueva York: Laura Bow ha llegado.

Buena parte de la gracia de esta aventura radica en su entorno, esos años 20 llenos de Art Déco, flappers y ley seca (tan falsos pero tan entrañables), aderezados aquí además con museos y maldiciones egipcias e incluso una secta; raro sería que no me gustara. Nuestra protagonista, Laura Bow, es una joven periodista de pueblo dispuesta a triunfar en la Gran Manzana, y recuerda a personajes femeninos realistas más propios de la literatura o el cine que de los videojuegos. No en vano se inspira en la otrora famosa actriz de la época Clara Bow.

Los gráficos están muy cuidados, en especial la animación de la señorita Bow (seguramente se usó alguna forma primitiva de rotoscopia a partir de grabaciones de movimiento de una persona real) y el juego posee una banda sonora muy animada, con éxitos musicales y de jazz de la época además de algunas pistas propias para las secciones de suspense, todo ello en MIDI. Los entornos no son muy numerosos, pero también están dibujados con maestría y poseen un estilo propio que da sensación de profundidad, algo a lo que contribuye la posibilidad de los sprites de reducirse al avanzar hacia el fondo.

El museo Leyendecker oculta más de un secreto.

El funcionamiento es el habitual en este género de videojuegos, con una serie de acciones estándar (caminar, mirar, manipular y hablar) y un inventario que, en este caso y muy oportunamente, toma la forma del bolso de Laura, donde van a parar los objetos que recoge en sus pesquisas. Debo decir, eso sí, que la interfaz de conversación es molesta con ganas, y eso es imperdonable en un aspecto fundamental para un juego de investigación detectivesca como este. Para hacerle una pregunta a un personaje, primero hay que abrir la agenda de Laura, luego elegimos la página adecuada (los temas se dividen en personas, lugares, objetos o miscelánea) y luego seleccionar el elemento que nos interesa. Y hecho eso, pasar al icono de "salir" para que nos haga caso. Terrible y aburridísimo. Por el lado bueno, la posibilidad que tiene Laura de escuchar conversaciones ajenas sin permiso es simpática y está bien gestionada.

Ejem, sí, ese es uno de los secretos.

¿El misterio? Pues es lioso, creedme, sobre todo a partir de que entremos en el museo, que es donde se desarrolla la mayor parte de la aventura. De hecho, no creo que fuese capaz de resolverlo sin la ayuda de un buen walkthrough, y aun así seguro que hay cosas que se me escapan. La acción se divide en seis actos, y en los últimos también tendremos que estar atentos al (subjetivo) avance del tiempo, marcado por las horas de un reloj, que hará accesibles o no diversas pistas y personajes. Estos, por cierto, están bastante bien desarrollados a pesar de que la mayoría van a acabar muertos, aunque la verdad es que en la parte final el realismo de la historia se resiente bastante porque con tanto crimen, y la daga ya en nuestro poder, nadie parece preocupado y todos siguen con sus cosas como si nada. Tampoco el romance que surge entre Laura y un joven trabajador parece precisamente natural, sino más bien forzado e innecesario.

¿No buscábamos una daga? Pues ahí hay una.

Existen varios finales, según lo bien que llevemos a cabo nuestra investigación y posterior interrogatorio (donde demostraremos si nos hemos enterado bien de lo que pasa). Y como esto es un juego de Sierra, y no de LucasArts, ya imagináis que nuestra protagonista puede morir por tomar la decisión equivocada. Aquí esta "cualidad" de las aventuras de Sierra no se lleva a los extremos de otros casos, y salvo un par de muertes estúpidas por intentar cruzar la calle y cosas así, el resto se reservan para acciones peligrosas o cuando nos persigue el asesino encapuchado con aviesas intenciones. Si os queréis reír un rato, aquí hay una simpática recopilación de las formas de morir que puede sufrir Laura y el "chistoso" mensaje a modo de epitafio para cada una.

En resumidas cuentas, Laura Bow in: The Dagger of Amon Ra es un gran juego perjudicado por un interfaz molesto y una historia de fondo realmente complicada que exige muchísima atención y grado de compromiso por parte del jugador, algo que hoy día es difícil poder permitirse. Aparte de eso cuenta con una gran ambientación, buenos gráficos y una simpática protagonista a la que es fácil coger cariño. Si queréis darle una oportunidad, podéis desgargar el juego como abandonware y correrlo con un emulador como DosBox.

Al menos Laura está pizpireta.

Parlor Games with Laura Bow

Aunque no llegó a existir otro misterio oficial para nuestra valiente periodista, en 1993 Sierra sacó Parlor Games with Laura Bow, una pequeña ampliación que explota la (limitada) fama de sus "hermanos mayores" para ofrecer dos juegos sencillos que se pueden disfrutar en solitario, el archiconocido dominó y el mucho menos conocido "yatch" o generala (que es un juego de dados). Una mera curiosidad para auténticos fans.

Ay, con lo que hubiéramos disfrutado de un Laura Bow 3...