Año: 2015
Estudio: Hanabira
En español: No
Multijugador: No
Puntuación: 3
Resulta que el juego que reseñamos hoy, Sword Daughter, es un otome, palabra que acabo de descubrir y que por lo visto significa "videojuego dirigido a un público femenino, normalmente con un formato de novela visual y que se centra en el romance de la protagonista". Y la verdad es que cumple todos esos requisitos, quizá demasiado al pie de la letra.
Cuando despiertas de un desvanecimiento y ves a un elfo te enamoras, es inevitable. |
Sword Daughter cuenta la aventura de Tyrna, joven princesa guerrera que es la única superviviente al ataque de los orcos contra el campamento de su padre, y que es rescatada por un apuesto semielfo del que no tardará en quedar prendada (de hecho no tarda ni dos palabras). Sus caracteres chocan, pero pese a sus continuas discusiones deberán colaborar para vengarse, rescatar a los prisioneros y traer de nuevo la paz al territorio... y quizás hallar el amor donde menos lo esperaban (a pesar de que todos los demás lo esperábamos desde el primer momento).
Vale, es una historia supertópica, nadie lo puede negar. Está escrita por Rhondi Vilott, una prolífica autora de este tipo de libros (librojuegos más bien). De hecho tiene uno que se llama igual, así que imagino que estaremos ante una adaptación del mismo. El texto no es una maravilla pero se entiende.
Doncella en las garras de un dragón, ¿quién la salvará? |
Las críticas que le han caído al juego se centran sobre todo en la actitud pasiva de la protagonista, que se estanca a menudo en el papel de "damisela en apuros" y ha de ser salvada por el semielfo. Es un reproche bastante objetivo, la verdad es que Tyrna no llega a superar la fase de dependencia respecto a su contrapartida masculina, tal vez porque la aventura es demasiado corta. Apenas se nos presentan tres o cuatro elecciones antes de alcanzar alguno de los finales, bifurcaciones separadas por fases de diálogo o descripciones demasiado largas y por lo general nada sorprendentes. Quizá con un desarrollo más extenso nuestra protagonista habría llegado a madurar y tomar las riendas de la acción, pero tal y como se presenta el juego eso sólo ocurre ocasionalmente. Y tampoco es que la historia varíe demasiado elijamos una cosa u otra, francamente, porque cubre un entorno muy limitado.
Happy end. |
Por otro lado, debo exponer también los aspectos destacados del juego, como son los bonitos gráficos dibujados a mano o la adecuada banda sonora. Una cosa que me ha gustado mucho es que, a partir de que logremos terminar el juego por primera vez (media hora como mucho) se liberan opciones para acceder a la galería de imágenes vistas, las pistas de audio y, sobre todo, al árbol de opciones, de forma que podemos retomar la acción a partir de la bifurcación que deseemos hasta haberlas probado todas, sin necesidad de volver a empezar desde el principio. Un buen detalle que mejora un juego sencillo y sin pretensiones como este.
¿Dictamen final? Bueno, supongo que si os gusta el género habrá cosas mejores por ahí, pero la verdad es que no lo sé. Yo este lo pillé por 90 céntimos y me ha parecido entretenido, sin más.
Similitudes razonables con...
Kult of Ktulu: Olympic |
Soul Gambler |
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