Año: 2014
Estudio: Wonderstruck
Multijugador: No
Puntuación: 3
The Marvellous Miss Take es un juego de sigilo de planteamiento muy simple: hay que robar cuadros y otras obras de arte de diversas galerías sin que los guardias, las cámaras y demás dispositivos nos descubran. La protagonista es Sophia Take, una rica heredera cuya legítima colección de arte ha sido sustraída mediante turbios tejemanejes y repartida entre varios museos o similares (no me ha quedado muy claro), fieramente vigilados. A lo largo de sus incursiones, Sophia conocerá a otros dos ladrones de guante blanco con distintas habilidades, con los que podemos rehacer los mismos niveles para apropiarnos de otras obras.
El sistema de juego es sencillo, aunque un poco impreciso en los controles y muy dependiente del azar, y tanto los gráficos como la música poseen una especie de estética sesentera muy resultona que, a mí personalmente, me recuerda a las primeras películas de La pantera rosa.
Miss Take roba con estilo. La cosa de la derecha es un teletransportador que alguien se ha dejado ahí. |
Los niveles (es decir, las galerías de arte donde nos metemos a trincar) son muy pequeños y hemos de robar algo prácticamente de todas las salas, esquivando vigilancia móvil y fija. Para ayudarnos en nuestra ilícita labor se nos muestran los ya habituales conos de visibilidad de cada elemento, que deberemos evitar en la medida de lo posible. Por lo general, cada galería está dividida en dos pisos que actúan como subniveles: una vez superado el primero, debemos completar el segundo para regresar a nuestra mansión con los objetos de arte hurtados.
Aparte de esquivar la vigilancia, tampoco conviene hacer ruido (por ejemplo corriendo), porque eso también atraerá a los guardias y a los perros. Por desgracia, correr será (con suerte) el único modo de evitar que los vigilantes de seguridad nos atrapen cuando nos detecten, o de que los canes sigan nuestro rastro mediante su olfato. También disponemos de diversos aparatos que podemos arrojar para atraer la atención de los guardias hacia ciertos puntos, o incluso teleportarnos (sí, esto es un poco increíble). La mayor parte de nuestros intentos acabarán mal, pero por suerte cuando los fornidos guardias atrapan a Sophia no la entregan a la policía (prefiero no entrar a conjeturar por qué), y sólo se reanuda el nivel. Curiosamente los vigilantes irán a por nosotros incluso si no hemos robado todavía nada, cosa que no me acaba de convencer, como tampoco lo hace la actitud de los visitantes de las galerías: no reaccionarán a nuestros robos a menos que rompamos el cristal que protege ciertos objetos. Creo que esos dos aspectos se podían haber trabajado un poco más para darle mayor realismo a la misión.
Asediado por guardias y cámaras, ¿cómo saldrá de ahí sin que le vean? |
Entrando ya en el gameplay propiamente dicho, el hecho de que cada planta de las diversas galerías de arte sea muy pequeña y el movimiento de los guardias aleatorio resulta (para mí al menos) bastante frustrante, ya que no hay mucho que planear en cada misión: se trata de confiar en la suerte, avanzar con velocidad y tratar de ocultarse donde podamos. Como ya he mencionado, el pathfinding tampoco es muy preciso, un problema serio en este tipo de juegos porque el personaje se nos puede ir por donde no debe y fastidiar la misión, o correr cuando queremos andar y alertar a todo el mundo. Tener que repetir una y otra vez el mismo nivel hasta completarlo ya es bastante cansino de por sí, pero cuando en cada una de ellas el comportamiento de los guardias es distinto, y por tanto la estrategia que casi funciona la vez anterior no sirve ahora de nada, roza lo enervante.
La van a pillar y encima se le ha caído el sombrero. |
Hablemos ahora de la duración del juego. El número de niveles no es muy elevado, sólo veinticinco. Conforme avancemos podremos jugarlos también con Harry y Daisy, los otros dos ladrones. Harry no puede correr por una lesión, pero actúa siempre al amparo de la noche; Daisy es más veloz y difícil de detectar, y puede robar llaves a los guardias para abrir las cajas fuertes. Los niveles varian un poco al jugarlos con uno u otro y también existe la posibilidad de rejugarlos con la propia Miss Take para mejorar tiempos y conseguir objetos extra, pero se echa algo en falta. Y más que en la cantidad de niveles, el fallo lo veo en lo similares que son todos entre sí, tanto que al empezar uno nuevo a menudo me ha entrado la duda de si lo había jugado ya antes. Al cabo de un rato superar un nuevo nivel no resulta emocionante precisamente porque viene a ser más de lo mismo.
Resumiendo pros y contras, digamos que The Marvellous Miss Take es un buen juego para el disfrute ocasional, ya que resulta muy ameno y no hay que recordar nada especial si lo retomamos pasados unos meses. En ese sentido es más agradecido que otros juegos de "comandos" (si es que podemos considerar comando a un solo ladrón), pero también más simplista y menos estratégico, menos adecuado para ponerse con él de manera continuada o muy en serio. Vosotros juzgaréis si os interesa.
Similitudes razonables con...
Robin Hood: La Leyenda de Sherwood |
Chicago 1930 |
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