Año: 2009
Estudio: Lonely Troops
En español: Sí
Multijugador: No
Puntuación: 3
Romopolis es un videojuego sencillo en el que debemos construir edificios en una villa/población de la era romana para alcanzar ciertos objetivos en función del nivel. Pertenece a una serie de títulos muy similares que comenzó con Townopolis (2008), siguió por este Romopolis (2009) y concluyó con Megapolis (2010). La diferencia con el que hoy nos ocupa es que los otros no están ambientados en la antigua Roma sino en épocas más modernas y algunos detalles más como los materiales de construcción y ciertos efectos de edificios especiales. Quizá algún día los reseñe, pero si conocéis uno dominar los otros es trivial y, por el mismo motivo, si el primero que probéis no os gusta tampoco os van a convencer los demás.
Este es el aspecto de la interfaz. |
Visualmente encontraréis enormes similitudes con otros dos juegos que hemos reseñado en Escarbajuegos, Hero of the Kingdom y Hero of the Kingdom II, y también la idea de "suma cero" subyacente a la mecánica de juego recuerda a aquellos títulos. Esto se debe a que todos proceden del mismo estudio, Lonely Troops, que debe de tirar siempre de los mismos artistas, pero hay que reconocer que hacen muy buen trabajo, detallado y nítido, y este aspecto es de lo mejor del juego (como mucho se puede criticar que son bastante estáticos).
Vamos con el juego en sí. Se supone que somos un joven arquitecto dispuesto a ganarse la confianza del César, y no podemos defraudarle, ¿verdad? El interfaz es muy simple, abajo tenemos los recursos disponibles (denarios, madera, piedra y trabajadores), arriba los objetivos (cumplidos y pendientes), y en medio la zona de construcción, con el índice de felicidad de cada edificio y sus dotaciones adicionales.
No es muy espectacular, pero queda bonito. |
Francamente, no me convence clasificar este Romopolis como de gestión urbana porque, al igual que sus hermanos, es tremendamente simple y limitado, y va más de resolver pequeños puzles con la colocación de los edificios, de forma que en una pequeña retícula isométrica de 5 × 5 casillas logremos alcanzar los objetivos planteados (como puede ser número de habitantes, índice de felicidad, de comercio, de culto religioso y similares). No existe ningún verdadero efecto urbano colectivo ni ninguna intención de emular una auténtica urbe romana, tipo Sim City en un entorno clásico, lo cual hubiese estado muy bien pero sin duda excedía las intenciones de sus desarrolladores. Aquí todo es muy sencillo, apropiado para todas las edades y, salvo por las opcionales limitaciones de tiempo, el éxito está garantizado mediante un sencillo sistema de prueba y error.
Por el agradecimiento del César, lo que haga falta. |
Tenemos dos modalidades, la Campaña, con veinticuatro niveles que debemos ir superando de uno en uno, cada uno con sus objetivos principales y secundarios (para ir logrando trofeos y medallas, que no sirven de nada pero quedan monos), y aparte está el Arenero, que es donde podemos definir nuestros propios escenarios sobre una serie de plantillas (paisajes por defecto, por así decirlo, con un número variable de casillas disponibles para la construcción), que sirven para crearnos nuevos desafíos en los que probar nuestro conocido afán de superación (sí, claro) o simplemente para disponer de un espacio en el que construir tranquilamente sin estrés. Tampoco es que el juego ofrezca muchos misterios, los edificios disponibles son siempre los mismos, pero está bien que nos permitan trastear con libertad.
Y no hay más, Romopolis no engaña en su planteamiento y es tan simple como parece. Para pasar un rato está bien, y supongo que también es adecuado para jóvenes jugadores que se adentren en la estrategia, pero tampoco hay mucho más que rascar. Si lo pilláis bien barato y mantenéis bajas vuestras expectativas, puede dejaros razonablemente satisfechos.
Similitudes razonables con...
Hero of the Kingdom |
Hero of the Kingdom II |
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