Año: 1994
Estudio: id Software
En español: No
Multijugador: Sí
Puntuación: 5
Doom II fue lanzado al mercado sólo nueve meses después del mítico Doom, y en consecuencia no ofrece grandes diferencias con su predecesor. De hecho podríamos considerarlo más bien un Doom 1.5, porque el motor es básicamente el mismo y las únicas diferencias apreciables están en los mapas, que son más grandes, y en que hay nuevos tipos de enemigos (muy jodidos, por cierto). También hay una nueva arma, la escopeta de dos cañones, pero en mi opinión no ofrece gran ventaja respecto a la clásica puesto que, si bien hace más daño, es considerablemente más lenta. En todo lo demás el planteamiento es idéntico.
La historia... ¿de veras alguien se fija en eso? Bueno, pues ahora la cosa se desarrolla en la Tierra, donde se han abierto las puertas el infierno; de ahí la presencia de nuevos demonios y el subtítulo del juego. Pero vamos, que yo me lo acabé la primera vez sin saber nada de esto y lo disfruté igual. Es un mata-mata de manual y no hay que darle más vueltas. Si algo se mueve, dispara.
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| Sanguinario y violento, así es Doom II. |
Doom II seguía contando allá en el 94 con la ventaja tecnológica sobre el resto de la competencia que había convertido en un exitazo de la primera entrega, y de hecho superó en ventas a esta con más de dos millones de copias comercializadas, números que hoy día siguen impresionando. La posibilidad de jugar mapas creados por otros aficionados, el modo multijugador y demás, añaden nuevas capas de disfrute a un juego ya de por sí largo y complejo, con niveles bastante puñeteros, por decirlo suavemente. Además, en esta ocasión pasar el nivel no te restaura ni la vida ni la munición, por lo que si llegas justito puedes ir realmente mal en la parte inicial del siguiente, salvo que tengas la fortuna de hallar rápido unos botiquines. El sonido sigue siendo una pasada, y sirve básicamente para ponerte nervioso cuando creías que ya te habías cargado a todos los bichos del nivel.
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| Otro enemigo tocho. |
Los mapas no dejan de ser en realidad 2D con alturas, pero los juegos de elevadores y rampas logran que uno no se dé cuenta de buenas a primeras. Acabarás notando que no puedes mirar hacia arriba o hacia abajo, lo que es una putada cuando quieres arrimarte mucho al borde de una pared, pero por suerte las armas se apuntan solas a la altura necesaria (por ejemplo, si lanzas un cohete a un oponente que está tres pisos por arriba, el cohete subirá por sí solo en la dirección adecuada). Y todos los enemigos son texturas no muy maleables, desde luego. No olvidemos que estamos hablando de una época remota en los FPS, con máquinas muy limitadas para este tipo de cálculos, pero el juego sigue siendo entretenido y adictivo. Más macabro que el anterior, como corresponde a un ambiente ya decididamente infernal, pero en el fondo básicamente idéntico, en lo bueno y en lo malo.
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| Sprite de algunos enemigos. |
Juzgar cualquiera de estos juegos según parámetros actuales resultaría un tanto absurdo. Los diversos Doom y sus descendientes/clones dieron a luz un género que posteriormente ha evolucionado mucho, y si no los disfrutaste cuando salieron puede que ahora te parezcan bastante chorras. Pero en su momento supusieron un enorme salto de calidad y emoción. Además corren perfectamente en un emulador como DosBox, por lo que sirven para echar una partida rápida y desahogar esa rabia contenida reventando demonios a mayor gloria de los marines espaciales.
Ah, y muchos de los niveles fueron diseñados por Sandy Petersen (creador del juego de rol La Llamada de Cthulhu). ¿Qué más se puede pedir?
Similitudes razonables con...
 Doom |
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