Año: 1990
Estudio: Mirrorsoft
Multijugador: Sí
Puntuación: 3
Entre 1987 y 1997, aproximadamente, el mercado de los juegos de rol por ordenador estuvo dominado por los llamados "dungeon crawlers", un género de características muy marcadas como la perspectiva subjetiva con punto de fuga central y un sistema de combate ortopédico en el que los contendientes "bailaban" intentando golpearse de flanco, hasta que Baldur's Gate llegó para imponer un nuevo paradigma. De esta época destacan títulos como Dungeon Master (auténtico padre del género), Eye of the Beholder, Lands of Lore y tantos otros.
De entre los juegos que aparecieron en la estela de Dungeon Master, uno de los que más fama obtuvo fue Bloodwych, desarrollado por Anthony Taglione, Pete James y Philip Taglione por encargo de Mirrorsoft con la única intención de aprovechar el filón. En Bloodwych nos hacíamos con el control de un equipo de cuatro héroes y se desarrollaba en seis interminables torres llenas de enemigos, trampas y mecanismos secretos. Salió primero para Amiga y otros soportes, y ya en 1990 para PC (tras considerables retrasos).
¡Atacad con todo, muchachos! |
Bloodwych posee todos los defectos de los dungeon crawlers y algunos más: es tremendamente repetitivo, las supuestas habilidades de interacción con PNJs no sirven de nada pasado el primer nivel, exige un alto grado de implicación por parte del jugador (para empezar, si no mapeas los niveles estás absolutamente perdido), y puedes encontrarte en situaciones sin salida por no haber elegido antes el conjuro adecuado. Por si eso fuera poco, la versión de PC salió con varios bugs. El primero de ellos impide progresar con cualquier grupo de héroes que no sea el pregenerado, y hay otro que hace casi imposible la batalla final en la última torre, porque en cuanto te giras o pisas donde no debes el juego se cuelga.
Y aun así, por algún motivo Bloodwych es extrañamente adictivo. Te lleva a intentar una puerta más, un nivel más, otro puzle endemoniado (aún recuerdo aquel mítico "For the first you rise, for the second be wise"). La curva de dificultad está muy bien medida y, si te lo tomas en serio, es perfectamente posible terminarlo (¡yo lo hice!). Evidentemente no hay historia que mantenga interesado al jugador, es un mata-mata sin cerebro como mandan los cánones, y el único incentivo es seguir avanzando más y más. Para que os hagáis una idea, los distintos tipos de monstruos ni siquiera tienen nombre, ya no digo un trasfondo.
¿Qué nos aguarda en el siguiente nivel? |
Como ya he comentado, los niveles se reparten en cinco torres, aunque no es raro tener que regresar a una ya superada porque por fin hemos encontrado la llave que nos faltaba para acceder a una zona inexplorada. Hay muchos spinners (baldosas que te giran sin que te des cuenta) y teletransportadores, id con ojo, y por la parte buena no suele haber respawning de los monstruos. Los aspectos de rol se limitan a la gestión de tus cuatro héroes, mantenerlos alimentados (me encantan los iconos de comida a medio devorar), equiparlos y obtener hechizos y tal. Uno de los factores distintivos de Bloodwych es que dos personas pueden jugar a la vez, con dos grupos distintos, en pantalla partida; tampoco es que sea la repanocha, pero supongo que en su momento tuvo gracia.
Podéis volver a jugar Bloodwych bajo DosBox sin problemas. De hacerlo, sin duda necesitaréis echar mano de la Bloodwych Resource Guide, una estupenda página de Alan Chapman donde están los mapas de todos los niveles. También podéis pasaros por The Un-Official Bloodwych Page, donde supuestamente se puede jugar online en HTML5 (no lo he probado). No obstante, creo que estos juegos sólo resultan interesantes si ya los disfrutaste en su momento, porque hoy día resultan muy absurdos, especialmente el sistema de combate (una y otra vez el bucle ataca – apártate – gira – ataca). Y con todo salen retroclones como Legend of Grimrock, así que algo de tirón mantendrán.
Similitudes razonables con...
Eye of the Beholder |
Legend of Grimrock |
Dungeon Master II: The Legend of Skullkeep |
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