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martes, 4 de febrero de 2020

₂₀₁ Into the Breach (2018)

Tipo: Estrategia por turnos
Año: 2018
Estudio: Subset Games
En español: No
Multijugador: No
Puntuación: 4

Subset Games, los creadores del conocido Faster Than Light, lanzaron en 2018 su segundo videojuego, este Into the Breach que analizamos hoy. Conceptualmente resulta muy curioso, una mezcla de estrategia, puzles y juego de mesa en un entorno futurista, con poco azar y un número relativamente bajo de variables que, no obstante, logra presentar un desafío más que suficiente para el jugador que busque algo tranquilo y cerebral. Sé que suena raro, pero vamos a estudiarlo en detalle.

Aunque la historia de fondo es lo de menos, Into the Breach nos plantea un futuro apocalíptico en el que la humanidad está a punto de perecer bajo el ataque de unos insectos gigantes (llamados Vek) que emergen desde el subsuelo. La única esperanza es un grupo de tres mechas (pronunciado "mecas") venidos del futuro (o de una línea temporal alternativa, no me ha quedado claro) que se enfrentarán a los vek antes de que arrasen las islas que aún resisten. Como veis, una mezcla de conceptos preexistentes (hay quien lo considera Pacific Rim + Terminator) que no deja de ser una excusa bien traída para enfrentar robots contra bichos enormes y poder volver a empezar cuando nos maten como si regresáramos al pasado.

El tablero, lleno de bichos y mechas.

Porque ese es un aspecto importante. Into the Breach usa permadeath, es decir que sólo tenemos un juego activo y cuando seamos derrotados, aunque sólo sea en una batalla, se acabó y vuelta a empezar, sin más ventaja que conservar a uno de los pilotos que nos queden vivos (con sus habilidades). Resulta bastante frustrante, en especial sumado a una curva de aprendizaje que posee segmentos muy empinados, de modo que casi con cada nueva isla que desbloqueemos tendremos que reaprender las condiciones del terreno y de los enemigos mediante una larga serie de frustrantes derrotas.

El juego en sí se desarrolla por turnos en una rejilla de ocho por ocho celdas donde se mueven nuestras unidades, un poco al estilo del ajedrez (pero tampoco mucho, no os vayáis a creer). Los enemigos van saliendo por casillas libres y nuestros robots tienen que eliminarlos pero, por encima de eso, deben proteger los recursos del tablero, especialmente edificios, instalaciones y otros vehículos terrícolas. En cada turno mueven los insectos y amenazan ciertos objetivos; a continuación podemos movernos nosotros y atacar o desplazar a los insectos de modo que mueran o ataquen zonas vacías o incluso los unos a los otros, lo que resulta especialmente satisfactorio. Evidentemente cada robot e insecto posee ataques y defensas diferentes que habremos de tener en cuenta para sobrevivir el número suficiente de turnos y superar así el nivel.

Panel de mejoras.

Dicho así suena fácil, pero el sistema posee bastantes sutilezas y hay que prestar mucha atención al tablero antes de realizar cada movimiento o estamos condenados. Yo estuve a punto de tirar la toalla después del sencillo tutorial porque la primera isla ya me superaba. Y es que la campaña se puede resolver en poco más de diez misiones, de modo que la curva de dificultad es mucho más pronunciada de lo que esperarías a priori. Conviene tomárselo con calma, como quien va resolviendo problemas de ajedrez del tipo "dar mate en dos jugadas", porque va un poco de eso. La mayor pega que le pongo es que, por muy bien que vayas (incluso sobrándote movimientos de mechas), de repente los insectos se concentran en un objetivo alejado de tus unidades y ya está, no hay salvación. Y creedme, no da para cubrir todo el tablero con las configuraciones por defecto de la escuadra. Y aunque el juego trata de limitar al mínimo la influencia del azar, informándote con precisión del daño y efectos de cada ataque y del orden de actuación de cada unidad, al final estás en manos de lo ingenua/cabrona que quiera ser en ese momento a IA.

Si tiene mala pinta es porque estamos jodidos.

Visualmente el juego es simpático, o eso pienso yo. Está pixelado, sí, y no muestra ninguna virguería gráfica digna de mención porque lo único que hacemos es mover piezas en un tablero. En ese sentido cumple, lo mismo que la banda sonora. En este tipo de juegos, donde un punto de daño más o menos puede cambiar el signo de la batalla, importa más la claridad que la belleza. Pero evidentemente si buscáis un videojuego espectacular Into the Breach no es lo vuestro. Está orientado al jugador tranquilo que disfruta hallando una combinación de ataques y movimientos que desbarata con elegancia la amenaza del enemigo, y como se puede jugar en ventana es posible dejarlo abierto mientras haces otra cosa en el ordenador y luego regresar a planear otro turno. Casual play, sin duda.

No voy a negar que el precio (15€) es un poquito caro para lo que ofrece. Sí, hay diversas escuadras de mechas que ir desbloqueando, cada una con sus características propias, cuatro islas, variedad de enemigos... Pero en el fondo no dejan de ser variaciones sobre un mismo tema. Que merezca la pena o no tendréis que juzgarlo vosotros mismos.

Similitudes razonables con...


Lara Croft GO

Antihero

Might & Magic: Clash of Heroes

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