Año: 2012
Estudio: Spooky Squid Games Inc.
En español: No
Multijugador: No
Puntuación: 3
Hay que ver las cosas que hago por vosotros, la nutrida, amplia, incluso me atrevería decir que masiva audiencia de Escarbajuegos que visita este blog con fervor casi religioso para seguir con atención mis artículos. Incluso he regresado a un género de videojuegos que odio, los plataformas, sólo para poder traeros esta reseña, porque vosotros os lo merecéis todo. Incluso que estampe el mando contra la pared en un arrebato de frustración. Por cierto, recordadme que os pase la factura del albañil.
Con toda sinceridad, yo soy un manco para este tipo de juegos. De hecho, manco es decir poco. A mi lado, Stephen Hawking era un prodigio de agilidad. Así que para mí cada nivel de They Bleed Pixels es un suplicio, aunque he visto a mucha gente opinar que no son nada difíciles de superar. Afortunados ellos.
Entonces, ¿qué me ha llevado a probarlo? Pues principalmente la temática, claramente inspirada en Lovecraft en su vertiente más pulp, y su mezcla de estilos, tan gore en las partidas y tan "cuco" en las escenas intermedias. Este estudio me llamó inicialmente la atención con su juego gratuito Night of the Cephalopods, limitado pero creativo y que ya mostraba su admiración por el escritor de Providence. A partir de ahí seguí sus pasos y me apunté este They Bleed Pixels para cuando tuviera un rato. Sí, vale, han pasado nueve años, soy un hombre ocupado.
Como podéis ver, They Bleed Pixels es un plataformas pixelado y lleno de sangre, continuamente saltan chorros de píxeles rojos por todas partes, de ahí su nombre. Conceptualmente es sencillo, tienes las cuatro flechas para el movimiento, una tecla de salto y una de ataque, y con combinaciones entre ellas logras crear los combos, más letales y que dan más puntuación, algo que también se consigue recogiendo las gotas flotantes de sangre que hay por los niveles. Sí, hay mucha sangre aquí, yo creo que al Conde Drácula le daría un mareo. El tema es que acumular esas recompensas es lo que nos permite crear puntos de control en el lugar que más nos interese, una idea original (al menos para mí, que no soy ningún experto en este tipo de juegos) pero que obliga al jugador a estar atento no se le vaya a crear automáticamente un savepoint donde no le conviene, que puede ocurrir.
La variabilidad de ataques es razonablemente amplia, y se explican bien en una serie de tutoriales que podemos revisitar en cualquier momento, y que de hecho se van ampliando en niveles avanzados. Ahora bien, el juego no perdona ningún fallo, y los escenarios están llenos de pinchos en suelo, paredes y techo, ruedas dentadas, bombas, superficies resbaladizas, trampas... Casi que los enemigos son la menor de nuestras preocupaciones. Como imaginaréis, hace falta paciencia y habilidad manual, cosas ambas que a quien escribe esto no le sobran precisamente. Pero si os van los plataformas, está muy entretenido. El juego recomienda usar controlador; yo he probado de ambas formas y, sin que realmente se me dé bien ninguna, me defiendo un poco mejor con el teclado, así que por eso no os preocupéis.
La historia que hay detrás, sin ser ningún prodigio de creatividad, resulta simpática. Una muchachita llega a un internado para chicas problemáticas y pronto es objetivo de las manipulaciones arcanas de un malévolo individuo gracias a un libro maldito, de modo que sus manos van convirtiéndose en terribles zarpas como de cangrejo y sueña que se enfrenta a siniestros enemigos en entornos llenos de peligros (los niveles, claro). Como digo, la gracia está en el contraste de esos dibujos casi infantiles con la violencia de las partidas, y los chicos de Spooky Squid Games aprovecharon para añadir diversas ilustraciones al juego que, junto a los vídeos entre niveles, se pueden desbloquear como si estuviéramos en un dating sim al uso. Esto a su vez ha animado a otros artistas a seguir el tema, así que si algún día veis por ahí un dibujo de una chica con vestido, lazo rojo en el pelo y pinzas sanguinolentas por manos, viene de aquí.
Similitudes razonables con...
Life Goes On: Done to Death |
Jazz: Trump's Journey |
No hay comentarios:
Publicar un comentario