Páginas

viernes, 27 de diciembre de 2019

₁₉₉ Immortal Darkness: Curse of The Pale King (2018)

Tipo: Aventura de plataformas
Año: 2018
Estudio: Giant Space Monster
En español: No
Multijugador: No
Puntuación: 4

Y con el título más largo de cuantos hemos reseñado hasta ahora en Escarbajuegos, Immortal Darkness: Curse of The Pale King se presenta desde el panorama indie (es el primer juego del estudio Giant Space Monster) para rendir un homenaje a los clásicos juegos de exploración de dungeons, a lo Diablo y otros similares. Y es que ¿a quién no le apetece ir descendiendo piso tras piso de oscuros túneles llenos de trampas enemigos, puzles y sobre todo tesoros y nuevos poderes para equipar a nuestro personaje? Pues aprovisionad vuestra mochila y adentrémonos en la cripta del Rey Vampiro para destruir a cuantos se interpongan en nuestro paso.

Personajes cabezones.

Lo primero que llama la atención de Immortal Darkness es ese "look" curioso que observáis en la propia carátula y en las capturas del juego, como si todos los personajes fueran bebés cabezones con ojos raros, pero es algo que queda simpático y en general no desentona (aunque en algún caso queda un poco irreal y parece que nos enfrentamos a fantasmas de fetos).

Nuestro personaje es una especie de elfo albino y con poderes vampíricos equipado con una espada (a mí, dicho sea de paso, me recuerda mucho a Elric en las novelas de Moorcock, aunque no he hallado referencias directas de los creadores). De hecho, puede recuperar vida tomando la sangre de sus enemigos caídos, pero eso aumenta su indicador de maldad y si llega al 100%, game over. Pero tranquilos que hay otros modos de curarse, como pócimas y altares repartidos por las mazmorras. En eso creo que podrían haber incidido más en la supuesta maldición que pesa sobre él convirtiéndole lentamente en vampiro, y que se queda en una mera mecánica de juego útil para reponerse de las heridas y poco más.

Un puzle con rayos de luz.

En dichas mazmorras también encontraremos ocasionalmente a vendedores que proporcionan nuevas pociones y, sobre todo, diversos objetos que podremos usar en forma de habilidades arcanas, cada una con su poder y su tiempo de recarga. Además algunos PNJ por ahí perdidos nos ofrecerán misiones secundarias que aportan una buena cantidad de experiencia. ¿Tiene lógica todo esto? Ninguna, por supuesto, pero es un clásico del género y hemos de aceptarlo como tal.

El juego se basa en la resolución de puzles, en el combate y en la agilidad. Los puzles son por lo general sencillos aunque siempre hay zonas ocultas que cuesta encontrar, y uno se pasa el rato empujando muros, estatuas y columnas a ver si alguna cede y revela un secreto. Y lo de la agilidad lo comprenderéis en cuanto veáis los cientos de zonas con baldosas que caen al vacío, plataformas giratorias, laberintos y demás.

Combate final contra el rey vampiro.

Luego están los combates, que son lo más florido del juego porque, aparte de su aspecto visual simpático, permiten usar diversos enfoques como el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, magia a distancia, empujar a los enemigos por precipicios o hacer que los aplasten las paredes móviles.

Enfrentarse a un solo contrincante suele resultar sencillo, pero si nos rodean varios estamos perdidos (cosa que me encanta porque es totalmente realista, nada de fantasías peliculeras en ese aspecto). Por otro lado, las zonas de activación de la IA son bastante pobres y por lo general es posible coser a bolas de fuego a un enemigo sin que se altere siquiera. Una estrategia aburrida como pocas pero demasiado efectiva como para resistirse a ella, y que rompe un poco la dinámica del juego.

Estatuas a dioses lovecraftianos.

Dicho sea de paso, tanto en los enemigos como en algunos entornos hallaréis diversas referencias que no puedo calificar sino de lovecraftianas: el enemigo principal es un dios de otra dimensión llamado Yugoth, que cuenta con su bando de servidores de rasgos cefalópodos que amenazan con aniquilar este planeta. En el viaje al plano del caos (con invocaciones incluidas) os toparéis con otro ser cuyo nombre no recuerdo pero es clavado a la descripción tradicional de Yog-Sothoth... Vaya, que los creadores leyeron su ración del maestro de Providence. No llega al punto de permitir calificar al juego como de los Mitos de Cthuhlu, porque al final todo se reduce a dar de leches sin parar, pero son detalles de agradecer y que dan cierto aire especial a la trama.

Conociendo a la facción del caos.

Y digo eso porque es posible elegir a qué bando ayudaremos en esta lucha por el control del mundo. Me parece que sólo hay tres opciones: permanecer neutrales, apoyar a los vampiros o decantarse por los miembros de una orden religiosa que los combaten. Que yo haya visto no es posible pasarse al lado del caos, pero no puedo garantizarlo. Y bueno, en realidad todo se traduce en ciertos bonificadores, objetos especiales y detalles del combate final, pero puede valer. Es otro aspecto que podía haberse elaborado más.

Por su parte, la jugabilidad es razonable si bien un poco rara. Usamos el ratón para avanzar y eso impide hacer movimientos complejos como desplazarse lateralmente para disparar y regresar a cubierto. El juego admite el uso de controlador, pero por algún motivo no reconoce el mío a pesar de ser compatible; no es que sea un fallo terrible porque no es un juego difícil, pero bueno, tampoco eso está demasiado pulido. Que sí, que son dos amigos que han creado prácticamente solos un juego muy entretenido, pero hay que valorarlo todo y esos detalles quedan feos.

Invocaciones a lo grande.

En conjunto, Immortal Darkness: Curse of The Pale King es un buen juego, incluso bastante bueno, al que le faltan algunos detalles para ser genial y convertirse en uno de esos títulos que dejan huella en quienes los disfrutan. Quizá con una historia más inmersiva, o más versatilidad en el uso de los poderes (sólo seis slots no dan para mucho) hubiese ganado enteros.

Pero por 12.50€ ofrece muchas horas de entretenimiento adentrándonos en un dungeon tras otro para vengar a golpe de espada y rayo arcano a nuestros camaradas caídos, de forma intuitiva y sin complicaciones, y eso hoy día no es fácil de encontrar, con tanto concepto lioso como vemos por ahí. Por eso desde aquí lo recomendamos a poco que os atraiga este género.

Similitudes razonables con...


The Immortal

Unepic

Magicka

No hay comentarios: