Año: 2020
Estudio: The Binary Mill
En español: No
Multijugador: Sí
Puntuación: 3
Debo confesar que no tenía ni idea de cómo había acabado este juego en mi biblioteca de Steam, porque no me sonaba haberlo comprado. Y es que no lo hice. Los desarrolladores, The Binary Mill, retiraron de la tienda su antecesor, Mini Motor Racing EVO, y han proporcionado a quienes lo tenían acceso gratuito a este Mini Motor Racing X. Muy agradecido.
Tiene sentido que hayan hecho algo así porque el juego es básicamente una versión mejorada del anterior, con diferencias importantes pero partiendo de la misma base. Estas mejoras se centran en los aspectos que más criticaron los jugadores (incluido yo), lo cual apunta a que el estudio The Binary Mill escucha a sus clientes y eso en principio es bueno.
Competir en la nieve. |
Por ejemplo, la principal queja que teníamos, si leéis mi anterior crítica, era la cámara fija. Pues bien, Mini Motor Racing X ofrece variedad de cámaras: fijas, otras que siguen al coche, desde dentro del habitáculo... Funcionan bien, es fácil pasar de una a otra y, además, son la clave para ir avanzando porque cada circuito resulta más asequible con una u otra. Por ejemplo, los que exigen apurar mucho las curvas se beneficiarán de una cámara subjetiva mientras que en otros es mejor tener una perspectiva de todo el recorrido, bien porque los bordes de pista no están muy claros o porque se levanta mucho polvo, y una cenital dará mejor resultado. Si veis que una carrera se os atasca (y no es por una diferencia brutal de velocidad), probad a cambiar de cámara.
También han ajustado la física de las colisiones; antes nuestro coche era como una pluma al viento ante cualquier impacto, y ahora puede fajarse dignamente contra los demás vehículos. En cambio el funcionamiento del nitro sigue siendo un tanto pchá. Para que os hagáis una idea, dispones de una serie de cargas de nitro y cada una le pega un "empujón" a tu coche que, si se realiza en el lugar correcto, permite ahorrar tiempo o adelantar. Hasta ahí bien, el problema es que los contrarios lo usan básicamente para sacarte de la pista, aunque a ellos les pase lo mismo, y siempre sale otro beneficiado. Este comportamiento no es tan marcado como en Mini Motor Racing EVO, pero sigue ahí y resulta bastante molesto.
Conducir bajo la lluvia. |
Una consecuencia de este tema de los nitros es que la estrategia para ganar siempre es la misma: ir primero. Que diréis "este tío es tonto, pues claro que para ganar tienes que ir primero". A lo que me refiero es que mantener la primera posición con cierta distancia (uno o dos segundos) os garantiza una carrera prácticamente de paseo, mientras que si os adelanta alguien empezará a estorbaros y los demás coches también os superarán, convirtiendo la carrera en un infierno. Aquí no hay espacio para cálculos estratégicos o adelantamientos in extremis; salís siempre primeros, así que le dais al nitro, cogéis ventaja y a disfrutar. Y si eso falla, a sufrir.
Hay 26 circuitos (exactamente los mismos que en el juego anterior), con cuatro versiones de cada uno: en sentido normal, al revés, de día y de noche. Que igual es porque ya me los conocía de antes, pero acaban resultando repetitivos en los largos campeonatos que nos propone el juego, donde tampoco se ofrece ninguna sorpresa más allá de desbloquear nuevos coches. Respecto a estos, hay una amplia variedad de modelos (puede que haya alguno nuevo, pero casi todos son también repes), cada uno con sus mejoras, pero en realidad los verdaderamente útiles para ganar son muy pocos. Empezad con el Racer, mejoradlo a tope, y en cuanto podáis pasaos al Formula y haced lo mismo; con ese ya podéis superar todos los campeonatos sin problemas.
Fútbol con coches y pelotas gigantes, lo normal. |
Para alargar la diversión, la gente de The Binary Mill ha implementado otros modos de juego, como el Type X, que es lo mismo que antes pero con armas. Los juegos de minicoches con armamento tienen mucha historia, empezando con el mítico Death Rally que inauguró este blog, pero Mini Motor Racing X no lo hace demasiado bien. En lugar de comprar armas o preparar tu coche antes de la carrera, te sale un arma aleatoria a cada paso por línea de meta. Y lo único que hacen al impactar es retrasar un poco al coche alcanzado, ya que no existe control de daños de ningún tipo. Como digo, no acaba de tener gracia, casi no merece la pena usarlas y concentrarse en conducir. Hay otro modo de juego en que los coches son minúsculos y otro en que juegas en un estadio con una pelota gigante, como fútbol con coches; son cosas simpáticas pero aquí hemos venido a correr. Tampoco se incorpora un editor de pistas (que sí tenía su predecesor), pero sí que se mantiene un sistema de multijugador bastante sencillo de usar. También incorpora VR, pero no le usado así que no puedo hablar.
En suma, un juego entretenido pero que no llega ser espectacular y acaba resultando repetitivo, tanto en lo visual como en las sensaciones de la conducción. El precio estándar me parece excesivo para lo que ofrece, habrá que esperar a que esté de oferta.
Similitudes razonables con...
Mini Motor Racing EVO |
Roadclub: League Racing |
Bang Bang Racing |
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