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lunes, 11 de septiembre de 2023

₂₇₃ Nihilumbra (2013)

Tipo: Puzles/Plataformas
Año: 2013
Estudio: BeautiFun Games
En español:
Multijugador: No
Puntuación: 3

Hoy reseñamos Nihilumbra, obra del estudio español ya extinto BeautiFun Games y que se engloba dentro de esa especie de género híbrido de los juegos de plataformas basados en puzles, un poco como Life Goes On o Jazz: Trump's Journey. Digamos que en estos juegos la habilidad al saltar o luchar (de hecho, aquí no hay combate de ningún tipo) es secundaria frente al ingenio para usar los recursos que nos ofrecen, cosa que agradezco porque, como ya sabéis, soy un manco con los controles.

La clave de Nihilumbra, y el aspecto que lo hace especial, son los colores. Nuestro personaje es una especie de sombra que ha escapado del Vacío o de la Nada (de ahí el nombre del juego), y en un primer momento sólo puede desplazarse a izquierda o derecha, y pegar saltos no muy grandes. Y para colmo el Vacío lo persigue de forma incansable. Sin embargo, este protagonista pronto descubre "cualidades" en el mundo que le rodea que puede ir incorporando a su repertorio de poderes.

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Huir del vacío nunca fue tan divertido.

Por ejemplo, el primer color que consigue es el azul, que viene a ser hielo. Hace que las cosas se deslicen y permite correr más rápido (y por tanto saltar más lejos). Así que coges el puntero del ratón y empiezas a rociar las superficies de azul, como cuando usábamos la herramienta de spray del Paint. Eso permite huir de enemigos que de otro modo nos atraparían, o hacer que resbalen y se maten, o mover objetos pesados. Ingenioso, ¿verdad? Por supuesto, también disponemos de la herramienta del "vacío" para borrarlo, con lo que evitamos que los oponentes se aprovechen indebidamente de nuestras capacidades, y de paso recuperamos color, ya que hay una especie de tope disponible (aunque en el modo de juego normal rara vez se alcanza).

El segundo color que se obtiene, también muy útil, es el verde. Se supone que es hierba o algo así, pero el tema es que permite saltar mucho más alto. Y también que los objetos, disparos y demás reboten en él. Cuesta un poco hacerse a él (ya que no se puede saltar desde él, tienes que estar ya saltando al entrar en el verde, es un poco raro), pero está muy bien.

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Asar a un enemigo indefenso puede ser cruel, pero también divertido.

Luego conseguimos el marrón, que pese a las habladurías (ejem, 💩) se trata de lodo. Es pegajoso y nos hace ir más lentos, pero también más silenciosos (con lo que no alertamos a ciertas criaturas). Pero su mayor ventaja es que podemos aplicarlo a paredes y techos y quedarnos pegados a ellos hasta que saltemos. Eso hace que podamos trepar entre dos paredes opuestas, por ejemplo, y combinado con el verde permite alcanzar lugares previamente innacesibles.

Diría que esos son los colores verdaderamente útiles. Los otros dos son el rojo, que quema (es divertido carbonizar a los malditos bichos, pero es lento y en pocas ocasiones podemos aprovecharlo) y permite iluminar algunas zonas, y el amarillo, que es electricidad y sólo se puede usar para unir aparatos tecnológicos previamente dispuestos, con lo que en la gran mayoría de niveles resulta absolutamente inservible.

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El mundo eléctrico no se parece en nada a los anteriores.

Nihilumbra se divide en dos fases. La primera, digamos que la historia principal, es bastante simple y puede completarse perfectamente en unas tres horas o algo más. Tras alcanzar el final por primera vez, se activa el "modo vacío", que es considerablemente más difícil de superar. Este desequilibrio, de bastante fácil a muy difícil sin paradas intermedias, ha sido criticado por bastantes jugadores, pero obviamente ya no tiene remedio, esto es lo que hay.

Tema aparte es lo la voz "en off" que no para de hablarle a nuestro personaje. Yo pensaba que estaría presente sólo al principio, para dar cierto contexto a la historia. Pero no, no deja de acompañarnos (perseguirnos, diría yo), dando por saco todo el rato con su pesimismo. Que hay gente a la que le gusta, vale, pero a mí me agota.

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Pintando de verde para llegar bien alto.

Detallitos aparte, para mí está claro que el punto débil de Nihilumbra son los gráficos. Son pobretones (en particular los de las criaturas, que se mueven como si fueran siluetas recortadas) y mezclan estilos diferentes (por ejemplo, las cajas no pegan nada con el entorno). Vale que últimamente nos hemos acostumbrado a juegos de plataformas preciosistas, pero incluso comparándolo con otros plataformas indies de su misma época, como el ya mencionado Jazz, o They Bleed Pixels (pixelado pero muy resultón), o el algo posterior Seasons after Fall, queda bastante descolgado. El tema de la duración breve se lo perdono, porque lo importante no es la extensión si no el contenido, pero un juego así, con su mensaje de huir del nihilismo y aceptar que tenemos que seguir viviendo a pesar de todo y tal, se merecía un envolotorio más trabajado.

En resumen, Nihilumbra es un juego muy original, interesante, pero lastrado por una dificultad muy baja (y luego muy alta) y un aspecto visual que no está a la altura, lo que deja la sensación de que no está tan aprovechado como podría. Si eso no os parece óbice, por apenas 7€ ofrece una experiencia muy curiosa.

Similitudes razonables con...


Seasons after Fall

Life Goes On: Done to Death

Greak: Memories of Azur

Jazz: Trump's Journey

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