Año: 2023
Estudio: Clockwork Pile
En español: No
Multijugador: No
Editor: No
Puntuación: 4
Shardpunk es un juego de combate táctico por turnos (estilo XCOM, por entendernos), con gráficos muy pixelados y una ambientación steampunk que podría considerarse post-apocalíptica o directamente apocalítpica: una horda de rátidos (ratas humanoides) ha invadido la ciudad y destruido sus defensas. La única esperanza se encuentra en el interior de un robot (que por suerte no se parede a RD-D2) al que hay que conducir hasta el palacio imperial en medio de la invasión en curso.
La ambientación es curiosa, pero realmente se le saca poco partido. Está ahí y punto, no hay que tomar ninguna decisión más allá de elegir por qué niveles tirar en cada fase. Así que me centraré en el gameplay, que consiste en atravesar zonas llenas de cadáveres con el objetivo de alcanzar el siguiente refugio (shelter) y abrirlo para ponernos a salvo.
Por un lado, el juego ofrece buenas opciones a la hora de considerar cada movimiento: cobertura, disparos, uso de granadas o de vigilancia a unidades enemigas, etc. El problema es que el enemigo, esos malditos seres-rata, sabe usar las mismas estrategias y, cuando todos los contendientes se atrincheran, ellos tienen las de ganar porque no paran de llegarles refuerzos. Antes o después, un tiro afortunado te dejará fatal de puntos de vida. Y recuperarlos no es nada fácil. En combate sólo puedes cargar puntos temporales y al final de cada nivel, en el refugio, deberás usar los recursos que te queden para intentar parchear a los personajes y prepararlos para el siguiente desafío.
Esa fase de interjuego me ha gustado bastante. Permite reposar mentalmente de la acción y meterse más en la historia, pero por desgracia no ofrece opciones de interacción entre personajes. No me puedo quejar, porque es cierto que ya van desarrollando vínculos ("bonds") entre ellos al pelear juntos, de modo que dos personajes pueden apoyarse y mejorar mucho su eficiencia, si tienes un poco de suerte. Es otro aspecto bastante novedoso e interesante, aunque uno no tenga mucho control sobre él. Otro detalle importante es que, como corresponde a una ambientación steampunk, las armas no son las típicas y no se recargan, sino que hay que "ventilar" la pila de energía. Es posible disparar un arma sobrecargada (a diferencia de un arma de fuego sin proyectiles), pero suele conllevar consecuencias desastrosas para el tirador si no se ha preparado con antelación, y no suele merecer la pena.
Por tanto, digamos que mecánicamente no resulta muy diferente a otros juegos similares, salvo quizá por ese aspecto visual pixelado que a unos gustará y a otros ahuyentará. Durante los combates no se me ha hecho molesto, se identifica todo claramente, pero en las fase del refugio sí que destaca demasiado. El juego también posee un mecanismo de estrés/cordura, un poquito a lo Darkest Dungeon, por el que los personajes pueden entrar en pánico y bloquearse o actuar por cuenta propia si no cuidamos su estado mental.
Hasta aquí, todo más o menos bien. Pero Shardpunk sufre hasta cierto punto de esa "maldición de los juegos indies" de la que ya hemos hablado en otras ocasiones y por la que, si todo va bien, puedes disfrutar mucho de las partidas, pero en cuanto pretendas jugar de un modo diferente al que concibió el desarrollador, estás perdido.
¿A qué me refiero con esto? Bueno, por un lado lo que ya he comentado de que, si nos atrincheramos a esperar a los enemigos, vamos a perder. Hay que conseguir buenas posiciones de tiro y cobertura, sí, pero con la idea de sacar a los oponentes de las suyas o de lanzarnos rápidamente a un cuerpo a cuerpo. A menudo es más productivo quedarse a descubierto batiendo la zona por la que se aproximan las ratas y cargárselas antes de que puedan actuar. Y si te has dejado algo atrás, olvídate, regresar es una locura porque acaban rodeándote cientos de enemigos (no exagero). Lo cual es un problema porque otro tema a considerar es que la recopilación de recursos, que al principio parece opcional, realmente es clave para poder reponernos en los refugios. Así que, más que soldados, los personajes parecen recolectores de basura.
Otro factor negativo es la enorme dependencia del RNG (es decir, la aleatoriedad). En mis primeras partidas tuve que tirar siempre la toalla cuando un grupo de cuatro ratas gigantes con armadura me atacaba al poco de empezar (que esa es otra, resulta que las mejoras contra armadura no merecen para nada la pena; lo que debes conseguir son aumentos de daño global y acciones extra, porque así lo quiso el desarrollador). Después ya no me volvieron a aparecer y logré terminar el juego de una tacada.
En teoría, Shardpunk es un "roguelite", pero las ventajas acumulativas se limitan a meros desbloqueos permanentes por alcanzar "logros", con lo que al cabo de cierto tiempo ya no mejora la situación entre una partida y la siguiente. La rejugabilidad es limitada ya que, aunque es posible desbloquear nuevos personajes con diferentes habilidades, los niveles (que en teoría son procedurales) se parecen muchísimo entre sí y acaban aburriendo bastante por falta de cualidades distintivas.
He dudado bastante a la hora de puntuar Shardpunk: Verminfall (aparte de que dar nota siempre resulta injusto), pero al final me inclinado por las cuatro palas porque el juego, cuando le pillas el ritmo, es muy satisfactorio. Es un verdadero placer masacrar a esas malditas ratas con un equipo bien conjuntado. Pero reitero también que a veces las cosas se ponen demasiado difíciles simplemente "porque sí". Está anunciada una segunda parte para el año que viene, algo de lo que me alegro porque indica cierto grado de éxito. Espero que saquen conclusiones acertadas de lo que podría mejorarse y dejen lo que funciona intacto. Entretanto, podéis probar este Shardpunk por menos de 14€, que en mi opinión no resulta excesivo.
Similitudes razonables con...
XCOM: Enemy Unknown |
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![]() Nitro Kid |
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