
Año: 2020
Estudio: Flametorch
En español: No
Multijugador: No
Editor: Algo hay
Puntuación: 4
Con Last Evil tenemos un juego de temática explícita nada disimulada: una súcubo escapa de las cárceles humanas (donde sus congéneres son retenidas y explotadas sexualmente) a través de las alcantarillas, con el objetivo de encontrar al lord demonio y liberarle, de forma que su raza vuelva a reinar sobre la tierra. En su búsqueda, derrotará y extraerá la "esencia" (guiño-guiño-codazo-codazo) de cualquier criatura masculina que ose interponerse en su camino.
Antes de nada, comento que en esta reseña voy a analizar este juego como cualquier otro. Las escenas sexuales explícitas están ahí, y son frecuentes, pero es algo que ya se sabe antes de empezar: si no te atrae el tema, pues te pones con otra cosa y ya. Lo mismo pasaba con Showgunners, que estaba repleto de muertes violentas y nadie se lleva las manos a la cabeza, sino que se analiza en función de su mecánica y gameplay.

Y mecánicamente, Last Evil es un roguelite bastante clásico, aunque un poco limitado en su planteamiento y con saltos de dificultad mal medidos, algo que resultaba esperable de un estudio novato (y que no ha vuelto a sacar nada desde entonces, al menos que se sepa).
La acción se divide en tres niveles generados aleatoriamente, con ese típico aspecto de mazmorra a cuadraditos por la que vas avanzando hacia enemigos, tesoros o encuentros aleatorios, y en eso recuerda bastante a juegos que ya hemos visto por aquí, como Dungeon Rushers o, mucho más aún, a Monster Slayers, con quien comparte además el uso de mazos de cartas como modo de gestionar nuestros poderes. Como sin duda ya estaréis pensando, usar mazos en un roguelike supone elevar al cuadrado la aleatoriedad del juego. Si por ejemplo hace poco me quejaba en la reseña de Crown Trick del poder que se le cedía al RNG, aquí tenemos RNG2.

Existe gente experta en juegos de mazos (de todo hay en la viña del señor) que te aconseja cómo ir podándolo para quedarte sólo con buenas cartas y depender lo mínimo del azar, pero para mí no tiene sentido, es como luchar contra el sistema de juego (señal de que algo falla en él).
Imagino que los videojuegos de mazos surgieron como una especie de imitación de las partidas de Magic en la vida real, pero creo que deberíamos ir superando esa moda. Y es que, además, aquí tampoco está claro qué cartas son las mejores y, de todos modos, hay muchas otras variables aleatorias, desde qué objetos encuentras a qué monstruos te aparecen. En mi primera incursión por el nivel dos, por ejemplo, no me encontré un enemigo "berserk" hasta la última casilla; en la siguiente, cuatro o cinco nada más empezar.

Lo que me lleva a otra queja. El permadeath, por muy típico que sea de este género, debería conllevar menores efectos y, sobre todo, que no te obligue a volver a empezar de cero y repetir los niveles ya superados. No sólo eso, sino que además sólo se obtienen puntos de mejora al palmar, y no creáis que consigues más puntos por llegar más lejos en la "run". Consecuencia: para tener opciones de llegar hasta el demonio final, no te queda otra que empezar una y otra vez el primer nivel, dejarte vencer en combates fáciles (lo que de paso revela nuevas escenas de la galería) e ir llenando los tres árboles de mejora. En mi opinión, una mecánica absurda.
Lo curioso es que, por lo demás, Last Evil está sorprendentemente bien. Disponemos tanto de maná como de lujuria para usar nuestros poderes, contadores muy diferentes entre sí (el maná se renueva cada turno de combate, la lujuria va acumulándose poco a poco), efectos de armadura, otros de ataque, heridas permanentes, algunos hechizos incluso que "distraen" a los enemigos con nuestros encantos, etc. No es para nada de esos juegos que "se pueden jugar con una sola mano", sino que hay que estar muy atento a cada carta, a los poderes de cada enemigo, cómo vamos de vida, qué hechizos compramos, mejoramos o borramos... Vaya, como un juego de mazos "serio", pero con escenas de sexo.

En cuanto a estas últimas (ya tocaba, ¿eh?), yo diría que resultan entre simpáticas y un poco ridículas, pero imagino que depende de cada uno. Básicamente, nuestra súcubo extrae esencia (que viene a ser la moneda del juego) zumbándose a sus enemigos derrotados, por lo que para cada tipo de oponente hay dos escenas sexuales: una si ganamos y otra si perdemos. Pero entonces, ¿por qué en el segundo caso no obtiene esencia? No lo entiendo, ¿acaso hay algún aspecto de la biología de las súcubos que ignoro?
En fin, esas escenas son en 3D, igual que los combates, y acaban haciéndose repetitivas pero, por suerte, te las puedes saltar (más o menos, no siempre). Un detalle curioso es que puedes rendirte hasta cinco veces sin perder la partida, pero tu personaje irá cargando con cadenas y otros objetos de bondage que le dificultan la lucha.

Nuestra protagonista (creo que no tiene nombre) es personalizable pero sólo a un nivel básico: colores y vestiduras, básicamente, nada que afecte al gameplay. No lo veo insuficiente, esto no es un juego de rol ni nada parecido. En general, mis quejas se centran más bien en una mecánica muy poco flexible, como ya he mencionado antes, y en que falta contenido: más variedad de enemigos, diferentes encuentros aleatorios, quizá niveles adicionales... Pero claro, si para cada situación tienes que preparar unos modelos 3D y programar dos o tres animaciones, pues a un estudio pequeño se le hace cuesta arriba, normal. Existen mods de aficionados, pero no implican grandes cambios, sólo ajustes al juego básico.
Mi opinión conjunta de Last Evil es bastante buena, quizá porque no esperaba gran cosa y me he encontrado un juego serio y complejo, aunque le falte contenido y haya cosas que se quedaron sin pulir demasiado. No es caro, y si os va este tipo de videojuegos (en todos los sentidos), puede ser una buena opción.
Similitudes razonables con...
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