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viernes, 30 de mayo de 2025

₃₁₁ Shadowrun: Hong Kong (2015)

Tipo: Rol / combate por turnos
Año: 2015
Estudio: Harebrained Schemes

En español: No
Multijugador: No
Editor:

Puntuación: 4

Alcanzamos por fin la conclusión de la trilogía Shadowrun creada por el estudio Harebrained de Jordan Weisman. Después del novedoso Shadowrun Returns y del sólido Shadowrun: Dragonfall, llega Shadowrun: Hong Kong - Extended Edition. Y no habrá más, porque Harebrained tuvo que devolver los derechos a Microsoft (me parece que sólo los referentes a videjuegos, porque del juego de rol han seguido saliendo ediciones) y estos no parecen muy interesados en la marca. Ellos se lo pierden.

Como las entregas anteriores, Shadowrun: Hong Kong es un juego independiente donde hay que crear un nuevo personaje, y su desarrollo no guarda relación con las tramas previas, salvo alguna referencia suelta y el cameo de ciertos personajes secundarios (minipunto por la aparición de la exnovia de Blitz, de Dragonfall). En esta ocasión nuestro personaje llega desde Seattle, donde se ha pasado una temporada a la sombra, hasta Hong Kong en respuesta a la llamada de su padrastro, el cual desaparece de inmediato en violentas circunstancias. Como veis, un planteamiento bastante clásico.

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Bienvenidos al exótico oriente.

Esto lleva a nuestro personaje (que puedes crear libremente de entre cinco razas a elegir) a ser, junto a su hermanastro, presa de un complot de las corporaciones (aquí siempre hay complots de las corporaciones, no me preguntéis por qué) que lo empuja a llevar una vida clandestina y, cómo no, convertirse en shadowrunner (por si alguien no conoce la ambientación, son como los mercenarios-aventureros que interpretas en el juego de rol). Una señora del hampa local, la tía Cheng (así la llaman), le ofrece interesada protección, e iremos realizando diferentes misiones (runs) para ella mientras esperamos a que aparezca información suficiente para descubrir qué está pasando y tomarnos cumplida venganza.

En la reseña de Shadowrun: Dragonfall mencioné la opinión generalizada de que esa era la mejor entrega de la saga, y ahora puedo ver por qué. Si bien Shadowrun: Hong Kong es sin duda un buen juego, las diferencias respecto a sus predecesores son por lo general negativas. Aunque no el entorno; la verdad es que el lejano oriente se presta muy bien a una ambientación cyberpunk con seres mágicos, mucho mejor que el Berlín del videojuego previo, y aquí se han centrado en las luchas entre bandas y corporaciones, cosa que me gusta mucho más que el coñazo ideológico de Dragonfall.

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El entorno de hackeo.

La mayor diferencia (y principal problema) está en el sistema de netrunning o decking o como lo llaméis, lo que viene a ser meterse en una máquina para extraer datos importantes o hackear un sistema de seguridad. Por lo visto, con los juegos previos hubo quejas de la afición por lo aburrida que era esta fase, y no les faltaba razón. Pero la "solución" de Harebrained ha sido convertirlo en misiones de sigilo, seguidas de varios minijuegos que se parecen al Simón, donde tienes que poner a prueba tu memoria a corto plazo. Esto es un fallo gordo por varios motivos. El primero, que en un juego de rol por turnos pones una fase que ni va por turnos ni es de rol (porque cuenta tu habilidad, no la de tu personaje), con lo que vas en contra del espíritu de juego. Y segundo, que el motor no está preparado para un sistema de sigilo en tiempo real, y falla más que una escopetilla de feria. De hecho, un buen truco es aprovechar la fase de combate, cuando una sonda os detecte, para avanzar todo lo que podáis y saltaros la zona de sigilo. Imaginad lo bien implementado que está.

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Magia y tecnología se entremezclan.

Aparte de eso, las misiones son entretenidas y aprovechan bien el entorno oriental (eso de tener que colarse en unas oficinas corporativas para cambiar de sitio los muebles y joderles el feng shui me tiene loco), y muchas de ellas conllevan difíciles elecciones morales donde nada es blanco o negro, algo que encaja muy bien con la filosofía cyberpunk. Lo que sí notaréis es que hay mucho texto, demasiado (al nivel de que yo mismo, lector empedernido, he llegado al TL;DR;). He oído por ahí que en el Kickstarter de este juego había una meta que prometía añadir una gran cantidad de palabras, y se ve que la han cumplido alargando los diálogos de forma absurda. Cada puñetero PNJ con el que te encuentras tiene una historia larguísima que contarte que no aporta absolutamente nada, y acabas dándole al "continue" sin leerlo, que luego ya revisarás los datos de misión para quedarte con lo importante. Si a eso le sumáis que (oficialmente) este videojuego no está en español, pues te hartas de leer parrafadas en inglés. No era el camino, Harebrained. Esto debería ser un juego de acción, no de palabrería.

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Las leyendas orientales cobran vida.

Si ya dijimos que Dragonfall tenía mayor dificultad que Returns (que era como un tutorial extendido), Hong Kong sigue esa progresión, sobre todo por la enorme limitación económica. Ganar dinero suficiente para obtener equipo de nivel superior es básicamente imposible, y tenemos que elegir si nos centramos en armamento, mejoras cibernéticas o programas de hackeo. Puede tener sentido, pero es un poco frustrante.

Lo que no tiene sentido es lo largas que se hacen las peleas cuando hay muchos combatientes enemigos. Van actuando uno a uno, y se lo piensan los tíos. En cierta batalla en que te enfrentas a dos bandos de unos quince personajes cada uno, más unidades neutrales, os juro que me iba a hacer algo por casa para volver al rato y ver cómo quedaba la cosa, en lugar de perder mi tiempo mirando lo que pasaba. Un desastre. Y francamente, el sistema de cobertura, visibilidad y demás sigue sin estar pulido. Se deja jugar y es entretenido, pero que tu supervivencia dependa de que el ordenador se convenza de que sí, puedes alcanzar al tipo conmocionado que tienes justo delante, desespera bastante. No he visto otro juego con tal cantidad de disparos fallidos, es que es continuo. En lugar de Shadowrun: Hong Kong se tendría que haber llamado Shadowrun: Missed.

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Hay enemigos duros de pelar.

Por el lado bueno, esta Extended Edition incluye Shadows of Hong Kong, una pequeña expansión de la campaña principal que permite cerrar unos cuantos cabos sueltos e incluso decidir cuál será el futuro de su protagonista, si sigue como shadowrunner o retoma su vieja vida en Seattle (yo elegí esto último, me parecía lo más coherente y estaba harto de aguantar a Cheng). Y, por supuesto, está el editor y las ampliaciones de la comunidad en el workshop de Steam para prolongar la experiencia.

No sé qué impresión global os estoy dando. Realmente el juego me ha gustado, pero he estado a punto de dejarlo un par de veces por lo frustrante que se volvía, sobre todo en la primera mitad. Mi recomendación, si no sois muy fans de la ambientación, sería empezar por Dragonfall, y ya si os quedáis con ganas probar Hong Kong. Es una pena que no sacaran más entregas de la saga, pero por otro lado creo que la fórmula estaba ya bastante explotada y el motor del juego no daba para mucho más.

Similitudes razonables con...


Shadowrun: Dragonfall

Shadowrun Returns

Invisible, Inc.

Satellite Reign

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